23 de noviembre de 2014

Flan de queso



Podría haber hecho gominolas, o caramelos, sin duda era lo más sencillo para estrenar este molde Easy Candy Tutti Frutti de silikomart, pero… había un problema… en casa no hay niños, ni siquiera mi niña para zampárselos, aunque ya le habría gustado...

El caso es que tenía que hacer algo y no se me ocurrió nada mejor que utilizar chocolate de dos colores. Hasta aquí estupendo pero, ¿qué hacía con esos bomboncillos tan frutales?... un flan, pero de queso.

Ingredientes:

- 2 tarrinas de queso mascarpone
- 350ml de leche condensada
- 250ml de leche de coco
- 5 huevos enteros
- Azúcar para caramelizar el molde

Lo primero, hacer el caramelo para cubrir el fondo del molde.

Batir bien todos los ingredientes. Pasar por un colador para evitar el más mínimo grumo.

Rellenar en el molde con la mezcla y colocar sobre una bandeja de horno con dos dedos de agua, para que se cueza al baño María. El tiempo, como siempre, dependerá del horno de cada uno y del molde que se utilice.

Una vez desmoldado, coloco por la superficie las “frutas” y listo. No había niños para comer gominolas pero disfrutamos como si lo fuéramos con el contraste de la suavidad del flan y la dureza del chocolate.


Para las “frutas” el proceso, casi da vergüenza contarlo, es lo más sencillo, fundir los chocolates, bueno, primero un color con el que relleno una parte del molde y dejo que enfríe un poco mientras fundo el segundo. Ahora y con cuidado, voy rellenando los huecos del molde con el segundo color. Listos para dejar que se enfríe totalmente para desmoldar.


No hizo falta cubrir el interior de los huecos del molde con ningún tipo de grasa, la verdad es que estos moldes de silicona son fantásticos y salieron a la perfección.


También aproveché el horno para cocer unas sencillas galletas de queso bien cubiertas con wonder grains de naranja y limón. El resultado, rico y crujiente, mejor de lo que esperaba.


Una garantía: estos moldes de silicona de silikomart.

19 de noviembre de 2014

Escudella de bacalao - Las mejores recetas de mi madre de Joan Roca



Es sorprendente lo fácil que cocina esta SEÑORA, sí, lo escribo con mayúsculas porque lo merece. La receta de hoy la ha elegido Palmira.

Pondré, como siempre, los ingredientes de Monserrat, los míos un poco a ojo porque como me ocurre tantas veces, casi siempre, ni he medido ni he pesado nada, me pongo a cocinar y me olvido que después tengo que escribir las cantidades. 

Ingredientes originales:


Realmente he utilizado los mismos ingredientes, pero sin respetar las cantidades, ya sabéis aquello de “a ojo de buen cubero…”

Es una receta muy, muy sencilla.

Lo primero es preparar un buen sofrito con las cebollas, los ajos y el pimiento verde, sí, pimiento verde, es una de las licencias que me permití añadir a la cazuela, la verdad es que tenía uno empezado y era el momento de darle salida si no quería que su final fuera otro, bastante más triste para él, que añadir sabor a esta escudilla.


Cuando estos ingredientes están en su punto, llega el momento de añadir el tomate rallado. Dejo cocer lentamente.

Con el sofrito bien concentrado, es el momento de añadir el bacalao desmenuzado, unas vueltas y se moja con agua hirviendo. Huelga decir que el bacalao ya está previamente bien desalado.


Ahora, los fideos y a cocer unos 10 minutos o hasta que los fideos estén en su punto.

Aquí, dice que es el momento de rectificar de sal y añadir el perejil picado, pero a mí me gustó una de las opciones que añade al final de la receta y que escribo en el párrafo siguiente.

A la vez que los fideos, añadí un majado preparado con unas almendras previamente fritas, un diente de ajo, unas hebras de azafrán y un buen puñado de perejil.


Soy una enamorada de este tipo de majados que, a mi parecer, dan un sabor especial a muchos platos.



Espero que os guste y que os animéis a preparar esta deliciosa escudella. Yo de momento me voy a ver las de mis amigos.    


16 de noviembre de 2014

Garnachas "Guatemala - cocinas del mundo"


Teresa es la responsable de este viaje por Guatemala. Si alguien piensa que es un país sin cultura gastronómica, debe saber que está muy equivocado. Yo lo estaba. Es más, lo estaba tanto que preparé lo primero que encontré, evidentemente me gustaba, y ahí está, guardado para otro día, porque quise seguir viajando por este país.

La verdad es que cuando encontré este plato, antes de leer los ingredientes, ya me enamoró… “garnachas”, aluciné con el nombre. Nombre de uva, la variedad tinta más cultivada en el mundo,  y desde luego, en  mi pueblo también. Bueno que me despisto…

Rápidamente me puse a leer, pensando que tendría algo que ver con las uvas, ni de lejos… Es una preparación de origen guatemalteco, y se trata de una tortilla hecha con harina de maíz frita en aceite caliente.

He visto muchos rellenos, siempre con carne cocida y después deshilachada o troceada y algo de verdura. Me he decidido por éstas.

Ingredientes:

- Tortillas de maíz blanco
- Carne cocida (costilla de ternera)
- ½ repollo
- ½ cebolla
- Mayonesa
- Mostaza Maille Azul
- Tomate frito casero
- Queso (he utilizado manchego semi)

Para las tortillas, he utilizado una taza de agua y otra de harina (PAN), la sal y simplemente amasar. Tan sencillo como seguir las instrucciones del fabricante. Por cierto, una masa deliciosa para sentir entre las manos.


La carne, repito, costilla de ternera, la he cocido con unas verduras, una hoja de laurel, algo de sal y nada más.

Una vez cocida, la he limpiado de la grasaza y todo lo que no me interesaba. El resultado, una carne deliciosa, sabrosa ya por ella misma.

El repollo, en juliana, junto con la cebolla bien picada y sal, en una sartén con aceite, he dejado que se fría a fuego mortecino. Reservo.


Preparo las tortillas y las frío. Las voy poniendo sobre papel de cocina para que pierdan la grasa.

La carne la pongo en una sartén, con una pizca de aceite, y dejo que “se haga” para que pierda la poca grasa que pueda quedar.  De este modo, se tuesta y se carameliza un poco, lo que le aporta un saborcillo de lo más apetecible.

Bien, ya está casi todo el trabajo. Falta el montaje.

Sobre cada tortilla un poco de mostaza y mayonesa.



Encima el repollo frito, la carne, una cucharita de tomate frito y un poco de queso rallado. Y nada más. Listo para disfrutar.

Repito, no es ésta la única variedad de “garnachas” pero es la que más me ha gustado, o que por lo menos, se acercaba más a mis gustos, y desde luego no me arrepiento lo más mínimo. Un bocado delicioso.


Espero que os guste. Yo, de momento, me voy a seguir viajando un rato por vuestras cocinas. 

En Diciembre viajamos de la mano de Elena y Nieves en su cajita
¿a dónde?

10 de noviembre de 2014

Slices de almendra


No soy capaz de decir no a un libro, sobre todo cuando me ponen los dientes largos, como con éste. La culpa no fue del cha cha cha, para nada, la culpa fue de mi amiga Tere. Pero ahora estoy encantada con él, de verdad, hacía tiempo que no me convencía tanto un libro. Y no miento, porque más de uno, después de su compra y ser ojeados, pasan directamente a la estantería o más bien al montón, porque en las estanterías ya no caben… tengo que solucionar esto…

En fin, a lo que iba, éste ha sido un descubrimiento, está lleno no sólo de ricas fotografías también de suculentas recetas. Y lo que es mejor, explicadas en pasos cortos y sencillos lo que facilita su comprensión. Tanto es así, que ya he elaborado dos de sus ricas ofertas.

Hoy empiezo con los “slices de almendra” de los que me enamoré a primera vista… ¡Uy! ¡Perdón! Que me emociono y no os digo de qué libro se trata “Pasteles vintage” de Jane Brocket. En su portada dice: pasteles tremendamente deliciosos para compartir y regalar. Exacto.

Para la base:

200g de harina normal
50g de almendra molida
50g de azúcar súper fino
125g de mantequilla blanda, más un poco para engrasar el molde
1 huevo ligeramente batido

Lo primero, es preparar la base de galleta que debe estar fría antes de meter al horno.

Tamizo la harina, las almendras y el azúcar en un bol. Añado la mantequilla y la mezclo con los dedos hasta que parezca un preparado para migas. Ahora, el huevo que mezclo con una rasqueta de pan aunque se puede hacer a mano o con un cuchillo. Debe quedar una masa blanda y pegajosilla.


Con esta masa cubro el fondo de un molde apretando bien sobre todo en los bordes. Aliso la superficie y pincho toda ella con un tenedor  entre 12 y 16 veces. Tapo con film y lo guardo en el frigorífico un mínimo de una hora.

Para el topping y el relleno:

125g de mantequilla blanda
125g de azúcar
2 huevos
125g de almendra molida
75g de harina leudante
Unos 300g de mermelada de frambuesa (la mía de fresa)
Un puñado de almendras laminadas

Antes de sacar el molde del frigorífico he precalentado el horno a 180º  y he cocido, la galleta, unos 15-20 minutos, no hay que hacerla demasiado, justo hasta que empieza a cambiar de color. Retiro el molde del horno y lo pongo sobre una rejilla para que enfríe por lo menos 15 minutos.

Mientras, preparo el topping de almendras.

En la batidora, la mantequilla y el azúcar se baten hasta que la mezcla esté pálida y esponjosa. Voy añadiendo los huevos de uno en uno, batiendo bien cada vez.

Incorporo la almendra y la harina y lo mezclo con una espátula, o cuchara, hasta que esté perfectamente incorporada toda la mezcla.


Sobre la galleta cocida extiendo la mermelada. A continuación la mezcla anterior, pero con cuidado, con mimo, para que no se mezcle con la mermelada...

Tan sólo falta cubrir la superficie con las almendras laminadas y otra vez al horno unos 22-25 minutos, hasta que se dore y suba. Si hay duda… se pincha y se comprueba si está bien cocido.


Fuera del horno dejo que se enfríe completamente sobre una rejilla antes de desmoldarlo. Tan sólo falta hacer trozos con un cuchillo bien afilado o con uno de pan que nunca falla.


Se conservan bien durante tres días, si llegan, en un recipiente hermético y en lugar fresco.

Dice Jane Brocket que los slices siempre han gozado de un aire de elegancia en las pastelerías. Admito que no conocía este dulce, pero que éstos superan con creces los que se venden en pastelería, insisto, no sé cómo serán los de las pastelerías, pero que éstos son una auténtica delicia es un hecho.

Espero que os gusten.




3 de noviembre de 2014

Coca de patata con hamburguesa #LekueBurger


Hamburguesa con coca de patata  #LekueBurger


Nunca he hecho ascos a una buena hamburguesa…, he comido unas cuantas. Sólo hay algo que no soporto, la carne picada poco hecha. No encuentro un motivo lógico, pero es superior a mis fuerzas.

La cuestión es que, gracias a este reto y a ese genial  Kit-Burger de lékué,  me han salido perfectas de forma, del sabor, hablamos en un momento.

Los moldes para el pan son una joya, todos salen igualitos y perfectos, eso sí, mi pan de hoy no es precisamente un pan... pan, pero ha resultado perfecto para acompañar mis hamburguesas.

Vamos con las hamburguesas:

- 500g de buena carne, ésta cherna galega
- 120g de panceta
- 100g queso Idiazábal
- 2 rebanadas molde remojadas en leche y bien escurridas
- 2 cucharas (30ml) mostaza Maille Bleu
- 1 cuchara (15ml) de Ketchup
- Perejil
- Orégano

Para el sofrito:

1 cebolleta y ½ hinojo: todo muy picado lo sofrío a fuego lento. Escurro de aceite.

Pico la carne, la panceta y el queso. Mezclo todo y añado los demás ingredientes. Mostaza, ketchup, pan, orégano, perejil picado y el sofrito. Dejo la carne toda la noche en la nevera para que se mezclen bien los sabores.


A la mañana siguiente, preparo el “pan” o mejor dicho, las cocas de patata, sencillísimas y deliciosas.

Ingredientes para las cocas:

- 100g de manteca
- 200g de patata cocida
- 50g de leche
 -500g de harina de fuerza
- 200g de azúcar
- 3 huevos
- 30g de levadura
- 50ml de aceite
- Orégano+almendra molida mezclado.

Lo primero, trituras las patatas con el pasapurés, insisto, pasapurés, porque dependiendo del tipo de patatas, si se hace con la batidora puede quedar chicloso.

Bien, listo el puré de patatas, y aún caliente, añado la manteca y mezclo, o mejor dicho, mezcla la kichen.

Ahora el azúcar, los huevos y la leche con la levadura disuelta. Por último, cuando está bien mezclado el aceite, uno la harina con la pizca de sal. Dejo reposar hasta que doble su volumen y la tapo para que no se seque.


Vuelco la masa en la encimera. Voy haciendo bolas y paso la parte lisa por la mezcla de almendras+orégano. Coloco en el molde y aplasto hasta rellenar toda la superficie.

Sólo queda meterlas al horno y cocerlas entre 10 -12 minutos a 170º.

El resto, fácil.

Doy forma a las hamburguesas con el aro del Kit-Burger, aplasto la superficie con su blanco sombrero, y listo.


Pongo una pizca de aceite sobre una plancha y hago las hamburguesas al gusto… las mías tostaditas y hechas en su punto, bueno… en su punto para mi gusto…

Para acompañar, he preparado unos aros de cebolla frita, que antes han pasado por un baño semiKit Burger harina con leche y una pizca de sal.

Unas patatas pequeñas, con piel y partidas por la mitad. Primero fritas y antes de servir, para que lleguen a la mesa caliente, también las he pasado por la pasta de los aros y tan sólo las he dejado en la sartén el tiempo justo para que cojan un bonito color dorado.


Los panecillos abiertos a la mitad, sobre la base, una pequeña capa de mayonesa, encima la carne y sobre ella unos aros de cebolla.


¡Qué buena comida de domingo! En el cielo no sé, pero sentirme terrenal me encanta.

Espero que os guste.

Hamburguesa con coca de patata  #LekueBurger