Cuando Jaimie Oliver preparaba este postre, pastelillos portugueses, me parecía tan sencillo y me lo imaginaba tan rico que no pude esperar para intentar hacer algo parecido. Aunque no daba cantidades exactas, casi no hacía falta porque tan solo viendo las imágenes era suficiente.
Como tantos sábados venían a cenar mis amigos y como tantas veces mi fiel recadero de última hora me preguntaba ¿Compro postre? ¡No! Voy a probar algo nuevo, pero sí necesito:
- Hojaldre, una plancha
- Nata líquida, ¼ litro
- Huevos, 2 unidades
- Canela, a voluntad
- Azúcar, 2 cucharadas para la crema y algo más para el caramelo
- Vainilla (en polvo) al gusto
Creo que el de J.O., llevaba algo más que no he sido capaz de recordar, la edad que no perdona, pero tal y como terminó quedo rico, rico, rico.
Lo primero extender la masa de hojaldre sobre la mesa, espolvorear sin miedo con canela y algo de azúcar, repartir bien por toda la superficie con la palma de la mano y apretando un poco, con suavidad, para que se adhiera bien a la masa.
Enrollar la masa como si se tratara de un brazo de gitano y cortarlo en trozo. Yo con la masa que compré, que por cierto, la única en todo un supermercado de El Corte Inglés que no venía en redondo, debe ser que todas las marcas comerciales dan por hecho que vamos a utilizarla para preparar tartas redondas, algo que no alcanzo a comprender.
Con cada trozo relleno el hueco de un molde aplastando el hojaldre enrollado sin miramientos, tampoco hace falta recortar los bordes para que queden bonitos, eso es precisamente uno de los encantos que me gustaron de este postre. Hubiera preferido utilizar un molde algo más grande pero ¡No tenía! Perfecta escusa para comprarme unos moldecillos nuevos ;)
Y listo para el horno que ya estará a la temperatura adecuada, 190º.
Mientras preparo el relleno. En una jarra he puesto la nata, el azúcar, la vainilla y los huevos, todo bien batido.
Cuando la masa ya empieza a rellenar el hueco de los moldes, pero sigue estando cruda, la saco del horno y con cuidado la aplasto para hacer sito en su interior para la crema y otra vez al horno, el tiempo, hasta que la crema esté cocida y cremosa, que no quede demasiado seca.
Retiro los pastelillos de los moldes que voy dejando sobre una superficie plana para terminar la faena, el caramelo, para el que he utilizado 3 cucharadas generosas de azúcar y el zumo de media naranja. Primero he puesto un cazo en el fuego dejando que se calentara un poco, añado el azúcar que de este modo tardará menos tiempo en empezar a caramelizarse y cuando llega a ese punto añado el zumo de la naranja, con cuidado, salta y puede quemar, y sin dejar de remover hasta que se haya incorporado por completo al caramelo.
Caramelo que reparto más o menos a parte iguales por encima de los pastelillos, no importa que se salga, ira a parar al fondo e impregnará con un poco de su sabor la base de estos.
Estaban tan ricos y eran tan pocos que tan solo tengo las fotos hasta antes de pasar a mejor vida, espero que sean suficientes para ilustrar esta historia.