Pedí por favor que la receta elegida para junio no fueran caracoles y Palmira escuchó mi súplica, claro que… ¡Eligió lengua!... ¿Pero… lengua…
lengua? Claro, lengua de ternera. Creí morir. Porque aquí lo malo no era la lengua en sí, que lo era, lo más
complicado era camuflar semejante apéndice del animalito para que en casa se la
comieran.
Por otro lado, son de un tamaño que 3 no se comen en una
sentada y si jugar al camuflaje un día ya se presentaba complicado, guardar
sobras ni os cuento.
Pero hete aquí que Rosalía tuvo una idea genial que nos
vendió a Sofía, a Beatriz y a mí misma y que compramos sin ningún esfuerzo. Os cuento: ella compra
la lengua, la cuece, la pela, la reparte, hace paquetitos, quedamos para
tomarnos un piriflus y todas contentas ¡Gracias Rosalía! Eres un sol.
Teníamos suficiente para elaborar la receta o algo parecido,
o mejor dicho, no se parece en nada, bueno si, lleva patata.
Ingredientes para receta original:
- 1 Lengua de ternera
- 2k de patatas
- 2 cebollas
- 2 tomates
- ½ cabeza de ajos
- 1dl de vino rancio
- 1dl de vino blanco seco
- Agua o caldo
- Aceite de oliva
- Unas hebras de azafrán
Evidentemente lo primero es cocer la lengua de ternera, como
no lo hice os remito directamente a la entrada de Rosalía.
En cazuela con chorro de aceite de oliva, cebolla y los
ajos que rehogue bien. A media cocción se pone el tomate rallado y se deja
cocer hasta que se concentren bien los sabores.
El vino blanco y el vino rancio, unas vueltas y a reducir.
Pelar las patatas, cortar en tozos regulares y reservar en
agua que las cubra.
Es el momento de añadir la lengua ya cocida, limpia y en
rodajas a la cazuela del sofrito.
También se añaden las patatas, se cubre con el caldo y se
deja cocer unos 30 minutos, o hasta que las patatas estén tiernas.
Se prepara una picada con un par de ajos, unas ramas de
perejil y unas hebras de azafrán secadas en el horno. Se añade a este majado un
poco del líquido de la cocción y se incorpora a la cazuela. Se deja cocer unos
10 minutos más.
Hasta aquí la receta de Montserrat. Doy por hecho que este
plato, con otra carne, debe ser un lujo de sabores.
Ahora mi apaño:
Las rodajas de lengua ya cocida las puse en un aliño o adobo
que hice con aceite, pimentón y bayas de Sichuan. Como las rodajas no
eran todas iguales, decidí igualarlas por mi cuenta, y para ello nada mejor que
un cortapastas redondo que las dejó igualitas, igualitas y listas para pasar un
par de horas en el baño de color: aceite de oliva virgen extra + pimentón de La Vera agridulce.
Mientras puse en la picadora unas galletas Ritz, como me
gustan estas galletas, y un generoso trozo de queso manchego. Picado, no molido, a lo 007, que se diferencien los dos ingredientes.
Toca rebozar con huevo batido los tozos de lengua. Paso las
rojas, escurridas del adobo, por el huevo batido y después por el “pan rallado especial”. Guardo en el frigo
hasta el momento de la fritura.
Ahora las patatas. He elegido patatas generosas para poder
hacer gruesas rodajas y cortar con el mismo cortapastas que utilicé para dar
forma a la carne. Las frío en abundante aceite, que las cubra, y en una sartén
amplia para que no se amontonen y se peguen entre ellas. Para esta ocasión las retiré del aceite cuando
estaban perfectamente fritas pero sin color y las reservé sobre papel absorbente.
Preparé una salsa “alioli” a la que añadí pepinillo y aceitunas
manzanilla, todo muy picadito.
Y a freír. Aceite bien caliente para dar una fritura rápida
a las patatas que las dejarán con un color moreno Cancun de lo más agradecido. Reservo
sobre papel.
Turno para la lengua que esperaba bien rebozada, su turno en
la nevera, de este modo evito que el rebozado salga rápidamente flotando sobre
el aceite y nos quedemos sin ese rico crujiente.
Solo falta presentarla, no está estofada pero estaba estupendamente
camuflada.
No ha sido este el plato de mi vida, ni mucho menos la mejor
página de ese pequeño pero intenso librillo de Joan Roca sobre las recetas de su madre. Pero bueno, hay que probar y eso hicimos, aunque mi hija ni con ese disfraz se la comió…
Y para no perder las buenas costumbres, nos vamos a visitar a las "Súper Rokeras" de este sabroso reto.