Las vacaciones, los días libres, los puentes largos, etc., son momentos fantásticos tanto para cocinar como para escapar de los fogones unos cuantos días.
Uno de esos días me puse a revisar los cajones del congelador, porque llega un momento en que desconozco por completo lo que guardan en su interior. De este modo encuentro algún envoltorio con algo que no soy capaz de reconocer, y esto me pasa con aquellos paquetes que llevan demasiado tiempo y en los que no he pegado una etiqueta indicando su contenido.
Encontré unos boletus (que me dio Tere), salmón ahumado (3 paquetitos), tomate frito y 6 filloas listas para rellenar, y eso es lo que me propuse hacer, rellenarlas. Mientras en mi cocina preparaba unos frijoles al más puro estilo del sur de la frontera…
No hay foto de todos los ingredientes, quiero decir colocaditos. Como me pasa a veces, no tenía intención de compartirlos hasta que me dije “haré alguna foto por si las moscas”.
He utilizado para el sofrito:
- 2 chalotas
- 1 pimiento verde
Que bien picado y con un poco de aceite dejé que se hiciera a fuego lentísimo, no tenía ninguna prisa.
Más ingredientes:
- Unos boletus (o cualquier seta)
- 4 láminas generosas de salmón ahumado
- 4 nueces picadas
Los boletus, que había salteado antes de congelarlos, los troceé, lo mismo hice con el salmón ahumado y lo añadí al sofrito, pero esto ya fuera del fuego. También mezclé las nueces troceadas.
Ahora solo queda rellenar las filloas con una cantidad generosa de la farsa anterior y enrollarlas, pero se me enciende esa bombilla que me acompaña muy de vez en cuando que me dice ¿Te acuerdas de los chiles de la lumbre? ¡Claro que sí! ¿Y si pones unos pocos sobre el relleno? ¡Vale! Pero… ¿Y si después no hay quien se los coma? ¡Mala suerte!
El juego de cama formado por:
- Bajera, tomate frito
- Encimera, queso rallado y unos trocitos de mantequilla
En fin, que esa suerte ya estaba echada, enrollada y a punto de pasar a una fuente de horno con el fondo cubierto de tomate frito, por encima nata líquida, queso rallado y unos trocitos de mantequilla.
Solo falta un ratito en el horno a 180º y esperar el resultado.
Genial, no hubo que tirarlos, es más, no sobró ni uno, bueno… tampoco eran tantos ;)
Uno de esos días me puse a revisar los cajones del congelador, porque llega un momento en que desconozco por completo lo que guardan en su interior. De este modo encuentro algún envoltorio con algo que no soy capaz de reconocer, y esto me pasa con aquellos paquetes que llevan demasiado tiempo y en los que no he pegado una etiqueta indicando su contenido.
Encontré unos boletus (que me dio Tere), salmón ahumado (3 paquetitos), tomate frito y 6 filloas listas para rellenar, y eso es lo que me propuse hacer, rellenarlas. Mientras en mi cocina preparaba unos frijoles al más puro estilo del sur de la frontera…
No hay foto de todos los ingredientes, quiero decir colocaditos. Como me pasa a veces, no tenía intención de compartirlos hasta que me dije “haré alguna foto por si las moscas”.
He utilizado para el sofrito:
- 2 chalotas
- 1 pimiento verde
Que bien picado y con un poco de aceite dejé que se hiciera a fuego lentísimo, no tenía ninguna prisa.
Más ingredientes:
- Unos boletus (o cualquier seta)
- 4 láminas generosas de salmón ahumado
- 4 nueces picadas
Los boletus, que había salteado antes de congelarlos, los troceé, lo mismo hice con el salmón ahumado y lo añadí al sofrito, pero esto ya fuera del fuego. También mezclé las nueces troceadas.
Ahora solo queda rellenar las filloas con una cantidad generosa de la farsa anterior y enrollarlas, pero se me enciende esa bombilla que me acompaña muy de vez en cuando que me dice ¿Te acuerdas de los chiles de la lumbre? ¡Claro que sí! ¿Y si pones unos pocos sobre el relleno? ¡Vale! Pero… ¿Y si después no hay quien se los coma? ¡Mala suerte!
El juego de cama formado por:
- Bajera, tomate frito
- Encimera, queso rallado y unos trocitos de mantequilla
En fin, que esa suerte ya estaba echada, enrollada y a punto de pasar a una fuente de horno con el fondo cubierto de tomate frito, por encima nata líquida, queso rallado y unos trocitos de mantequilla.
Solo falta un ratito en el horno a 180º y esperar el resultado.
Genial, no hubo que tirarlos, es más, no sobró ni uno, bueno… tampoco eran tantos ;)