El 27 de febrero nos reunimos unos cuantos amigos en ¿Quedamos a comer en Madrid?, y allí surgió hacer una receta con el ingrediente invisible, y ¿por qué ingrediente invisible? Muy sencillo. Cada uno de nosotros llevaba una bolsita con un ingrediente dentro, el que quisieras, no importaba ni tamaño, ni precio, ni forma, ni envase, ni na de na, tan solo que la bolsa llevara algo dentro, y según llegabas ¡Hala! al saco. Allí permanecieron hasta el final de la comida, momento en el que otra vez el saco volvió a ser protagonista.
Cada uno de los asistente teníamos que meter la mano y sacar una bolsa, que no fuera la nuestra, evidentemente ;)
Y... ¿Para qué? tan sencillo como esto, es decir, como esto de hoy, una entrada con una receta con el ingrediente que te tocara en suerte ¡Semillas de amapola! que al principio de la juerga había dejado mi muy querida amiga Mar. Y hasta aquí, la historia.
Ingredientes:
- 60g de semillas de amapola
- 6 cucharadas de agua hirviendo
- 250g de harina integral
- 1/2 cucharita de bicarbonato sódico
- 1 1/2 cucharita de sal
- 1/3 de cucharita de pimienta negra recién molida
- 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de sirope de agave)
- 1 hueevo ligeramente batido
- 60g de hinojo finamente picado
Pongo en un cuenco las semillas de amapola y sobre ellas vierto el agua hirviendo. Dejo reposar hasta que enfríe.
Tamizo los ingredientes secos y añado todos los demás que mezclo con una cuchara de madera hasta que tengo una mezcla espesa. Paso a la encimera y amaso ligeramente, formo una bola.
Enciendo el horno a 220º.
Sobre la encimera ligeramente enharinada, extiendo la pasta hasta tener un grosor de unos 3mm aproximadamente. Con un corta pastas de unos 5 o 6cm de diámetro voy cortando los crackers y los voy colocando sobre una bandeja de horno sin engrasar. Cuando ya están todas las pincho con un tenedor.
Las cuezo en el horno hasta que estén un poco doradas, unos 10-12 minutos. En mi horno con 10 ha sido suficiente.
Ahora toca lo mejor, preparar un aperitivo con algunas de ellas.
En el fondo una ligera capa de queso crema. Encima una generosa cantidad de unos rillettes de cerdo (que os contaré en breve) y para alegrar el bocado, una cucharita de una vinagreta de mango con hinojo y una pizca de guindillas de colores.
Son estupendos para tomar con quesos, patés, mantequilla, en fin, para lo que os guste, porque además, se conservan estupendamente dentro de algún recipiente hermético.