Últimamente
parece que me ha dado por los raviolis ¿por qué será?
Que
me gusta la pasta no es algo nuevo, es más, me encanta, no sabría decir cual es
mi favorita pero sí sé cual no lo es, los raviolis. Sí, que le vamos a hacer… pero es tan difícil encontrarlos
con rellenos apetecibles que probablemente esta sea la causa y la razón de mi afición por elaborar
mis propios "raviolis sin pasta".
Pasta
que esta vez he sustituido por pan de molde. Ya sé que no es lo mismo pero es
un buen recipiente para mis mezclas.
Ingredientes:
- 4 rebanada de pan de molde
- 4 rebanada de pan de molde
- 4 pepinillos en vinagre
- 60g de salchicha tipo Frankfurt
- ½ cuchara de mostaza Dijon (7,5ml)
- 1 cucharita de miel (5ml)
- ½ cucharita de aceite (2,5ml)
- Ketchup
Mezclo la mostaza, la miel, el aceite y reservo.
Pico la salchicha, a mano o en picadora, que dejo descansar
en un plato.
Lo mismo con los pepinillos que bien picaditos aguardan su
turno junto a la salchicha.
Enciendo el horno a 180º.
Turno de estirar el pan con el rodillo hasta el
aburrimiento, pobre. Pero pasado este trago corto los bordes para dejar sus
bordes rectos y limpios como para ir de fiesta.
Corto en tres tiras cada rebanada, no hace falta ser
matemático, saldrán 6 raviolis que recibirán encantados al resto de los ingredientes.
Para el montaje coloco dos tiras de pan en forma de cruz, en
el centro una cuchara (10g) de salchicha. Hago un hueco en el centro y relleno
con la mezcla reservada de mostaza. Sobre esta unos trocitos de pepinillo.
Encima una gota de Ketchup.
Y ahora a plegar el pan sobre el relleno, con cuidado, como si fuera un abrazo, para que ni se rompa el pan ni se escape nada de su interior.
Bien colocados en una fuente, llega el momento de ir al
horno. El tiempo dependerá de cada horno (en el mío 20’ ), tienen que tostarse, sin
quemarse.
Listos para servir sobre una breve lluvia de Ketchup.
Servir calientes, de este modo el pan estará crujiente, el
interior bien caliente y suave,
consiguiendo un bocado delicioso.
Espero que os guste.