No es una novedad contar que en mi casa el 6 de enero se come cocido al más puro estilo gallego, bueno, al estilo gallego no, cocido gallego puro y duro y ¿Esto que significa? que las sobras, a pesar de los repartos son más que considerables. Tampoco son novedad mis aprovechamientos, y este es uno más.
Esta vez
se me ocurrió preparar a modo carne picada una parte de las carnes sobrantes, incluyendo
papada, pata, oreja, lacón, pollo, chorizo, panceta,... y con todo ya picado y bien
mezclado mi cara tenia este gesto :( Y ¿ahora que?... ¡Lasaña! oye, espectacular,
con su queso, su bechamel, su tomate frito, pero claro, también sobro y qué iba a hacer ¿tirarla? de eso nada, ya se me ocurriría algo...
... ¡y se me ocurrió!
Corté la lasaña en trozos cuadrados más bien pequeños.
Pique media
cebolla que sofreí con mitad de aceite y la otra mitad mantequilla. A fuego lento.
Sobre ella prepare una bechamel de lo más clásica, sal, nuez moscada y chup chup
hasta que estuvo bien cocida.
Pasé cada trozo de lasaña por esta bechamel y los fui colocando en una fuente pintada de aceite donde ya había puesto pequeños montoncitos de salsa. Ahora dejarlo que enfríe.
El resto súper fácil, pasar por huevo batido, pan rallado y justo antes de pasarlos por la sartén, otra vez por huevo batido y listos para freír en abundante aceite bien calentito.
A partir de ahora creo que recalentaré menos sobras de lasaña.
Como siempre, espero que os guste.