Por suerte este plato no necesita cantidades, es la propia carne la que va pidiendo líquido, en caso de necesitarlo.
Me estoy refiriendo a unas costillas de ternera, parte de ese animalito que normalmente se utilizar para dar sabor a un guiso o a un caldo. Personalmente las compro a menudo para alimentar esas sopas de invierno, pero no siempre las encuentro, no es fácil, a tamaño casi natural, es decir, costilla, costilla, como de unos 20 ó 30cm de largo cada una de ellas.
Como no podía ser de otro modo, al verlas, me llevé 4 enteritas, el carnicero se pasó un pelín al darles un “golpe”, más que un golpe fue un tajo en toda regla, las partió literalmente en dos pedazos, pero no importa, también valen así para el papel que les ha tocado protagonizar, ser asadas en el horno.
Ingredientes:
- Las costillas
- Tomillo y romero
- Sal gorda y pimienta
- Aceite, agua…… y nada más, bueno, un rato de horno y controlar que se hagan bien.
Tan sencillo, tan fácil, tan breve, que casi da vergüenza compartirlo, pero pienso que quizás alguno de vosotros no las haya preparado nunca de esta forma y pueda disfrutar así de un rico asado.
Lo difícil: salpimentarlas.
Ahora algo más sencillo, pasarlas a un recipiente de horno y añadir por encima las hierbas, yo puse tomillo y romero, pero esto sí que va en gustos.
Los líquidos: un chorrito de aceite y otro de agua, nada más, y al horno que estará a 170º, fuego por arriba y por abajo.
Como es lógico hay que ir dándoles la vuelta de vez en cuando para que se hagan bien por todos los lados, al igual que ir comprobando que no se queden secas, en este caso tan solo habría que añadir algo más de agua.
Tienen que quedar doraditas, tiernas y jugosas, y quedan, vaya si quedan.
No me acuerdo a como estaban el día que las compré, pero desde luego mucho más baratas que cualquier “triste” filete. Como pierden toda la grasa que las acompaña no resultan nada pesadas, y sin duda lo mejor es que están fantásticas, bueno, a mí me chiflan y con una, pero partida en dos, tienes suficiente.
Las costillas de ternera bien asaditas son todo un lujo, pero si no lo habéis hecho antes, por favor, probadlas, y después me contáis.