Strudel en alemán significa “remolino”, aunque parece ser que es de origen austriaco, y entre ellos quizás el más conocido sea el apfelstrudel, elaborado en su mayor parte con manzanas y es uno de esos dulces que me gustan especialmente. Pero este strudel de hoy no es dulce, bueno, un poco si, pero no se encuentra dentro de esa línea.
A primeros de enero venían unos amigos a merendar a casa, Espe, Tania, Carlos y Jesús. Como es natural quería quedar bien pero no quería tener que estar cocinando mientras ellos estaban en el salón, simplemente porque lo que me apetecía era charlar y pasar un buen rato juntos, y así fue toda la tarde y algo de la noche. Por eso mismo, y teniendo en cuenta que estaba de vacaciones, me dio tiempo a prepararlo todo antes de que llegaran, y entre otras cosillas estaba este strudel.
Tenía pechuga de pollo asada, porque en casa la que más pollo come soy yo pero la pechuga por si sola soy incapaz de comerla, me resulta tan sosa que se me hace como una bola que no soy capaz de tragar, es por eso que siempre me sobra y la suelo guarda para hacer algo con ella, ya sea ensalada o cualquier relleno, como en este caso, pero busqué algún otro ingrediente que pudiera o pudiese enriquecer este plato además de hacer compañía a la triste pechuga.
Más ingredientes:
10 ó 12 láminas de pasta filo
1 ó 2 pechugas de pollo (en este caso asadas)
2 chalotas
1 pimiento verde
1 cebolla morada
1 cebolleta
Tomillo
Jengibre fresco u una cucharita en polvo.
Piñones
Pasas (remojar en agua unas horas)
Una cucharada de salsa de soja
130ml de nata líquida
Mantequilla
A primeros de enero venían unos amigos a merendar a casa, Espe, Tania, Carlos y Jesús. Como es natural quería quedar bien pero no quería tener que estar cocinando mientras ellos estaban en el salón, simplemente porque lo que me apetecía era charlar y pasar un buen rato juntos, y así fue toda la tarde y algo de la noche. Por eso mismo, y teniendo en cuenta que estaba de vacaciones, me dio tiempo a prepararlo todo antes de que llegaran, y entre otras cosillas estaba este strudel.
Tenía pechuga de pollo asada, porque en casa la que más pollo come soy yo pero la pechuga por si sola soy incapaz de comerla, me resulta tan sosa que se me hace como una bola que no soy capaz de tragar, es por eso que siempre me sobra y la suelo guarda para hacer algo con ella, ya sea ensalada o cualquier relleno, como en este caso, pero busqué algún otro ingrediente que pudiera o pudiese enriquecer este plato además de hacer compañía a la triste pechuga.
Más ingredientes:
10 ó 12 láminas de pasta filo
1 ó 2 pechugas de pollo (en este caso asadas)
2 chalotas
1 pimiento verde
1 cebolla morada
1 cebolleta
Tomillo
Jengibre fresco u una cucharita en polvo.
Piñones
Pasas (remojar en agua unas horas)
Una cucharada de salsa de soja
130ml de nata líquida
Mantequilla
Con el pimiento, las chalotas y las cebollas, todo bien picado, preparo un sofrito al que añado las hojitas del tomillo fresco. Mientras tuesto un poco los piñones.
Troceo el pollo y lo junto con los piñones y las pasas escurridas, lo incorporo al sofrito junto con el jengibre rallado. Sin retirar la sartén del fuego le añado la nata líquida y dejo que se amalgamen bien los sabores tan solo un par de minutos. Lo retiro del fuego y lo dejo enfriar.
Troceo el pollo y lo junto con los piñones y las pasas escurridas, lo incorporo al sofrito junto con el jengibre rallado. Sin retirar la sartén del fuego le añado la nata líquida y dejo que se amalgamen bien los sabores tan solo un par de minutos. Lo retiro del fuego y lo dejo enfriar.
Ahora pongo las láminas de filo sobre un paño sobre una superficie lisa y cada 2 láminas las voy pincelando con mantequilla derretida, con cuidado para que no se rompan y se descoloquen lo menos posible. Yo primero las doblo a la mitad como si tuviera un libro entre manos, de forma que primero pincelo las “páginas” de la izquierda” y después de leídas paso a las de la derecha.
Sobre ellas extiendo el relleno casi hasta los bordes y voy enrollando con cuidado para que ni se rompa ni se salga el relleno ayudándome con el trapo hasta el final.
Lo pongo en una plancha de horno y pincelo toda la superficie con mantequilla, un poco de azúcar glas y una pizca de canela.
Lo meto al horno a 180º y lo dejo hasta que esté doradito.
Lo meto al horno a 180º y lo dejo hasta que esté doradito.
Esta vez las fotos son del strudel en la fuente donde pasó a la mesa, no hay plato de presentación ya que cada uno se fue sirviendo lo que más le apetecía, pero puedo deciros que estaba francamente rico y que disfrutamos de la merienda, además de pasar unas horas estupendas.
Como siempre espero que a vosotros también os guste.
Como siempre espero que a vosotros también os guste.