Me apasiona la repostería pero reconozco que mis limitaciones, aunque pongo voluntad, son muchas. Precisamente por esas limitaciones mis dulces suelen ser de andar por casa, aunque a pesar de todo, los lunes, una parte de ellos, salgan de casa para compartir desayuno con mis amigos-compañeros, para ser más exactos tres.
Este de hoy, tipo marmolado, está sacado de uno de mis tomos de la cocina paso a paso de Salvat. De vez en cuando tengo la costumbre, una vez más, de echarles un vistazo, a todos no, se entiende, pero sí cojo alguno y ojeando sus páginas siempre encuentro alguna foto sugerente que me incita a elaborar alguna cosilla como este sencillo bizcocho que precisamente por haber hecho unas cuantas veces, se que está buenísimo.
Ya sé que hay cientos de ellos similares que caminan por la red, pero quería hacerlo en otro de mis moldes de silikomart, este con forma de flor amargaritada, lo que va muy bien con mi nombre, será por eso que me encanta, también el bizcocho tiene algo especial, además de la mantequilla y la almendra que enriquecen, y mucho, su sabor queda un pastel vistoso y de lo más tentador.
Ingredientes:
- 225g de harina
- 1 cucharita de levadura en polvo
- Media cucharita de sal
- 50g de cacao en polvo (yo 25g + 25g de chocolate negro)
- 175g de margarina o mantequilla (yo mantequilla)
- 175g de azúcar en polvo (utilicé glasé)
- 4 huevos medianos
- 50g de almendras picadas
La harina junto con la sal y la levadura la tamizo sobre un cuenco y reservo. También tamizo el cacao sobre un cuenco y lo mezclo con agua caliente hasta formar una pasta espesa. Dejo que se enfríe.
La mantequilla que está bien situada en un cuenco, la bato con una espátula de madera hasta que esté blanda y esponjosa. Añado el azúcar y sigo batiendo hasta que quede bien mezcladas ambas, es decir, una crema ligera y aireada. Supongo que este paso se puede hacer con varillas eléctricas, pero como el libro dice que se haga con espátula de madera… pues eso, con madera.
Los huevos, medio batidos, se van añadiendo de uno en uno a la crema y mezclando hasta que queden bien incorporados.
Es el momento de incorporar la harina, esta, con movimientos suaves hasta que esté perfectamente mezclada. Paso la mitad de la mezcla a otro cuenco.
A una parte de la crema le añado las almendras picadas y a la otra el cacao. Aquí es donde hice un pequeño cambio, es decir, como el cacao es tan amargo y la cantidad que lleva es generosa, decidí sustituir la mitad por chocolate negro que por supuesto fundí primero y mezcle con el cacao, después de bien ligados ambos lo incorporé a su parte de crema.
El molde, bien engrasado con mantequilla, aunque estos de silicona casi no lo necesitan, pero como soy obediente y la receta dice que se haga yo lo hice. Bien, ahora voy poniendo cucharadas de cada color bien repartidas por todo el molde, aliso la superficie y con una brocheta de madera o algo similar las revuelvo un poco, sin pasarse.
Turno de horno, donde estará a una temperatura de 180º, allí permanecerá más o menos unos 45’.
Se puede decorar como cualquier tarta o sencillamente con un poco de azúcar glasé y unas pequeñas trufas caseras, de este modo es perfecta para desayunos o meriendas, o media mañana en la oficina ¿Verdad compis?
Como siempre, espero que os guste, es sencilla, rica, nutritiva y, dependiendo de la hora, perfecta con una copita, en este caso, de licor café.