15 de marzo de 2015

Sopa de gyozas "Japón - cocinas del mundo"


Visitar Japón sería fantástico.

De momento, gracias a Mar, tan sólo tengo billete para visitar su gastronomía, para el resto… no pierdo las esperanzas.

Japón es un archipiélago de 6.852 islas, ¡qué barbaridad!, pero yo me conformaría con pisar la isla de  Honshū, donde está la ciudad de Tokio, capital de la nación, es la mayor área metropolitana del mundo, con más de treinta millones de residentes. Una ciudad donde nunca estás solo.

Supe, a la primera, qué “ciudad” quería visitar “Gyoza”. Y éste es el resultado de ese tur, sabroso para mí y virtual para vosotros. Os animo a preparar este doble plato, gyozas fritos y en sopa. Mientras espero a que mi sueño se haga realidad me conformo con esta forma de conocer mundo, que tampoco está nada mal.

No es la primera vez que preparo esta sopa, hace tiempo que mi amiga compañera de trabajo, Esperanza, me dio la receta, receta que tenía de primera mano porque tiene enchufe. Su cuñada es japonesa, pero japonesa de verdad, de las que han nacido y siguen viviendo en Japón.

Los ingredientes para los gyozas no son demasiado raros y es fácil encontrarlos en tiendas de productos orientales.

La masa para los gyozas la venden en paquetitos y vienen congeladas. Para el aceite de sésamo no hace falta comprar un frasco grande ya que hay que utilizar muy poco. La col china se encuentra fácilmente, y ¿quién no tiene salsa de soja en casa?

No es un plato complicado, pero sí entretenido.

Así que vamos con los ingredientes para los gyozas:

- ¼ col china Picada
- 300 g de carne picada
- 1 cebolleta
- Sal
- Una cuchara de aceite de sésamo para freírlas
- Masa gyoza
- Una cuchara de salsa de soja y vinagre de arroz para la salsa

Con estas cantidades rellené 2 paquetes de masa, y tuve que congelar la mitad porque, aunque no lo recuerdo muy bien, deben venir unas 24 por paquete.


Picar la cebolleta muy menudita, la col también muy fina, yo le retiré un trozo de parte blanca. Añadir la carne picada y salar.


Sobre una tabla puse las obleas de gyoza y con una cucharita fui rellenando la mitad de la masa, como si fueran unas empanadillas. Se mojan los bordes con un poquito de agua, se pliegan y se aprietan un poco para que queden bien selladas y no se abran al freír.

























En una sartén caliente se añade el aceite de sésamo, poco, se van friendo "los gyozas", y los vamos reservando.


Hasta aquí es una forma de tomarlas, mojándolas en una salsa que ellos hacen simplemente mezclando salsa de soja y unas gotas de vinagre de arroz, eso sí, hay que comerlas con palillos, por lo menos intentarlo.





Ahora viene lo más divertido, comerlos en sopa.

Ingredientes para la sopa

 - Pimienta negra
- 2 pastillas de caldo de pollo o ternera (yo he utilizado caldo de carne del que suelo tener       para sopitas)
- 4 cucharas de salsa de soja
- El resto de la col china

Poner a hervir el caldo, añadirle la salsa de soja y la pimienta. Cuando empiece a hervir añadir la col picada, cocer hasta que esté blanda. Añadir los gyozas, 2 ó 3 por persona, dejar que se empapen bien y entonces empezarán a flotar, dejarlos un minuto más en el fuego y retirar.

Servir en cuencos japoneses e intentar comerlos también con palillos. Se puede y es otra forma de pasar un rato entretenido y complicado, muy complicado, por lo menos para mí, pero lo conseguí y me encantó.


He separado la mitad de la sopa antes de añadir los gyozas para hacer otra sopa con fideos de arroz.

Merece la pena probar este tipo de sopas, y si no queréis utilizar los gyozas, es tan fácil como añadir pasta europea, o simplemente fideos nacionales de los gordos. Es una sopa deliciosa, y si te gusta la cocina japonesa repetirás.

Me toca elegir país que empiece con “K” y ya he elegido, lo siento, me he tomado la licencia de utilizar el inglés, yo… que no sé más allá del “yesterday…” y soy anti anglicismos, pero no puedo resistirme…  Korea, 19 de Abril, nuestro próximo viaje a una cocina fascinante.  

Os contaré mi porqué particular, al inicio del viaje. Mientras, hacer la reserva y animaros a mandar vuestras recetas de este país lleno de sorpresas y de rica gastronomía.


Os recuerdo las culpables de estas cocinas del mundo:





1 de marzo de 2015

Huevos Croque Madame




Hoy es domingo y he cocinado dos platos para compartir, pero sólo os contaré uno de ellos, el otro en unos días. 

Para los dos, he tirado de un libro, en este caso, "Las recetas de sor Lucía Caram" de la Editorial Planeta. Un libro lleno de recetas de las que yo llamo de andar por casa, y no lo digo a modo peyorativo,  para nada. Esas recetas, como las que hacía mi Mami,  no sólo son las que más me gustan, son sin duda con las que más disfruto, porque no hay nada que me guste más que la cocina casera, la de los sabores de siempre, la que de verdad me trasporta a momentos felices donde  mandan los aromas que me llenan de recuerdos.


Hace unos días estuve en la presentación del libro, que se celebró en la escuela de cocina Cayena. Allí probamos las empanadillas tucumanas, una de las recetas que venía en la nota de prensa y que sor Lucía preparó en presencia de todos los asistentes al evento y que después pudimos degustar, deliciosas, y no es peloteo, es que realmente estaban deliciosas. Deben quedar súper jugosas, para lo que es fundamental el modo de preparar la carne del relleno. Sólo así, se entiende el simpático comentario sobre cómo se debe comer las empanadas “con las piernas abiertas e inclinados para que el jugo caiga y no te manches” ¡Genial!

Tan sólo una crítica, bueno dos, y ésta es la primera: las preguntas. Sí, las preguntas que los medios asistentes a la presentación hicieron a Sor Lucía, demasiado políticas, a las que contestaba, no sé si encantada, pero contestaba, a todas, lo que no sé es si eran a gusto de todos, pero eso es otra historia.


La segunda, ¡santo cielo! Imposible acceder a ella, ni siquiera para hacerte una foto. Bueno, me queda el libro, muchas recetas por hacer y el buen rato que pasé en buena compañía.

Al tajo, vamos con los ingredientes:

- 4 rebanadas de pan de mole
- 4 lonchas de jamón de york
- 4 yemas de huevo
- 4 lonchas de queso
- Champiñones
- Mantequilla
- Queso rallado 
- Y  mostaza para la bechamel


La elaboración francamente sencilla.

Lo primero que hice fue preparar los champiñones, la receta dice que hay que saltearlos con sal y pimienta, yo lo hice preparando un pequeño sofrito con un poco de cebolla, ajo y un trocito de pimiento verde, luego añadí los champiñones laminados. Reservo.

Antes de estirar el pan dejé preparados el resto de los ingredientes, algo tan simple como trocear el York (yo utilicé mortadela de Bolonia), el queso, la bechamel, el queso rallado y por supuesto los champiñones. 

Estiro el pan con un rodillo como si fuera una venganza, hasta que ya no da más de sí. Corto una pizca los bordes y también unos cortes en cada arista como si fuera a formar un molinillo de papel. Esto facilita la colocación en los moldes que he utilizado, por cierto, especiales para hacer mojicones y que previamente he pintado con mantequilla fundida, al igual que las rebanadas de pan.





Toca rellenar los moldes. En el fondo, la mortadela, encima el queso, los champiñones y la yema. Por encima la bechamel que he preparado al estilo tradicional, mantequilla, harina, leche, sal y un poco de nuez moscada. Al final he añadido una cucharada de mostaza. Esto no me lo he inventado yo, es lo que dice la receta.


Bien, con esta bechamel, y con cuidado, cubrimos la superficie del molde intentando no romper la yema, por último, otro poco de queso rallado por encima.

Sólo falta cocer a 200° durante 15 min aproximadamente, eso depende del horno de cada uno, porque en el mío no ha necesitado tanto y ha bastado con 185°.



Una entrada estupenda, sencilla, delicada y con una presentación de lo más agradecida.

En unos días… la segunda.  Sólo me queda dar las gracias, tanto a la Editorial Planeta como a Canal Cocina y a mi amiga Concha por la invitación.