Otra
receta del libro "Pasteles vintage" de Jane Brocket, los “friands”. Un maravilloso descubrimiento.
Son
originarios de Francia, donde se les conoce como “financiers”, nombre que viene
de su forma rectangular como las barras de oro y del vínculo histórico de estos
pasteles con el distrito financiero de París.
Hoy en día es más probable encontrarlos con el nombre de friands y
de forma ovalada. Son, en la actualidad, muy populares en
Australia. La tierra del canguro sí que sabe…
Ingredientes:
- 175g
de mantequilla y un poco para engrasar el molde
- 200g
de azúcar glas
- 60g
de harina
- 120g
de almendras molidas
- Una
pizca de sal
- La
piel de un limón rallada fina (bien lavada)
- 5
claras de huevo
- 1
o 2 frambuesas por friands
Horno
a 200º
La
mantequilla en un cazo pequeño al fuego para que se caliente suavemente hasta
que se derrita. Se deja hervir a fuego lento unos minutos hasta que crepite y
tenga un color dorado oscuro y que huela a almendras, cuidando que no se queme.
Dejo enfriar.
Tamizo
el azúcar glas junto con la harina en un bol (preferiblemente con pico
vertedor). Añado las almendras, la sal y la piel de limón rallada. Remuevo y
mezclo.
Bato,
aparte, las claras con un tenedor hasta
que se disuelvan y empiecen a formar espuma en la superficie. Añado a los demás
ingredientes y mezclo con una espátula. Ahora se incorpora la mantequilla
derretida y se mezcla hasta incorporarla completamente con los demás
ingredientes.
Los
friands se cuecen en moldes ovalados, o en su defecto, moldes para cakes. Se
untan con mantequilla todos los huecos y se llenan hasta la mitad con la
mezcla. Sobre cada uno se coloca una o dos frambuesas, como en ese momento no
tenía frambuesas utilicé trocitos de higo que para eso ahora están buenísimos.
Listos
para el horno donde estarán entre 15-20 minutos, hasta que la superficie esté
dorada y hayan subido.
Ya
cocidos se dejan enfriar sobre rejilla antes de desmoldar.
Están
deliciosos recién hechos, te comerías todos, aunque es recomendable no hacerlo
para evitar empachos. Además, al día siguiente, los que quedan están igual de
ricos.
Un
descubrimiento estos friands que ya forman parte de mis dulces, de desayuno o
merienda, preferidos.