Hay platos que rozan la sencillez y este es uno de ellos, no sólo por el modo de prepararlo qsino también por la sencillez de sus ingredientes, como el pollo, al que le hacen compañía unos muslos de conejo.
Dos carnes que me gustan especialmente y que utilizo a menudo, sobre todo la de pollo, su carne no me cansa, cierto es que procuro comprar el que por aquí denominan pollo de corral, a saber. Sea de corral o no lo cierto es que su carne es más sabrosa que la del triste pollo blanco que no sabe absolutamente a nada aunque alimentes sus carnes y su espíritu con vinos, verduras, especias, y todo aquello que sea menester, el resultado siempre será el mismo, rico acompañamiento para tan tristes carnes.
La carne de conejo también me gusta muchísimo, sé que no es tan aceptada como la de pollo, tiene otras connotaciones psicológicas difíciles de controlar, está claro, o te gusta o la detestas. Es una lástima porque admite múltiples preparaciones dignas de una buena mesa. Mami hacía una empanada de conejo que para mí, y con diferencia, es la más rica que he comido. Mención especial a los arroces con conejo, al conejo asado entero y con grandes trozos de cebolla espectacular ¿y en escabeche? ¡Espléndido! y como no, al ajillo. Creo que podría mencionar unas cuantas preparaciones más que me parecen exquisitas, pero hoy simplemente comparte protagonismo con el pollo.
Algunas veces en los asados mezclo dos tipos de carne, me gusta, siempre y cuando sean dos tipos de carne que se complementen bien, como los colores, y en este caso no hay duda, estas dos carnes tan primarias, a su vez son complementarias.
No se me olvida que tengo que contaros el “pollo moruno” para el que necesito las especias que de momento no tengo, prometo que no quedará en el olvido.
Los ingredientes de hoy:
- 2 cuartos traseros de pollo
- 3 patas de conejo
- 5 cebolletas
- ½ pimiento verde
- ½ pimiento rojo
- 1 manzana
- 3 ó 4 dientes de ajo
- Tomillo, romero
- Un vasito de Pedro Ximénez
-Aceite, sal y agua
Salo la carne y la pongo sobre el sofrito, por encima romero, tomillo, el Pedro Ximénez, un vasito de agua, el aceite del sofrito y al horno, a unos 180º grados, dándole la vuelta dos o tres veces para que quede doradito.
Retiro la carne de la fuente, cuelo las verduras, las trituro y las paso por un colador para que quede una salsa lo más fina posible. Reduzco un poco con el jugo del asado.
Frío con mantequilla una manzana en gajos gruesos, cuando están doraditos les añado unas cucharadas del jugo del asado, el resto lo mezclo con la salsa anterior para que quede ligera.
Acompañado de unas patatas casi confitadas, que doro justo antes de servirlas, con unos gajos de la manzana, la salsa y el jugo que ha quedado de las manzanas, hacen de estas carnes un plato delicioso.
Dos carnes que me gustan especialmente y que utilizo a menudo, sobre todo la de pollo, su carne no me cansa, cierto es que procuro comprar el que por aquí denominan pollo de corral, a saber. Sea de corral o no lo cierto es que su carne es más sabrosa que la del triste pollo blanco que no sabe absolutamente a nada aunque alimentes sus carnes y su espíritu con vinos, verduras, especias, y todo aquello que sea menester, el resultado siempre será el mismo, rico acompañamiento para tan tristes carnes.
La carne de conejo también me gusta muchísimo, sé que no es tan aceptada como la de pollo, tiene otras connotaciones psicológicas difíciles de controlar, está claro, o te gusta o la detestas. Es una lástima porque admite múltiples preparaciones dignas de una buena mesa. Mami hacía una empanada de conejo que para mí, y con diferencia, es la más rica que he comido. Mención especial a los arroces con conejo, al conejo asado entero y con grandes trozos de cebolla espectacular ¿y en escabeche? ¡Espléndido! y como no, al ajillo. Creo que podría mencionar unas cuantas preparaciones más que me parecen exquisitas, pero hoy simplemente comparte protagonismo con el pollo.
Algunas veces en los asados mezclo dos tipos de carne, me gusta, siempre y cuando sean dos tipos de carne que se complementen bien, como los colores, y en este caso no hay duda, estas dos carnes tan primarias, a su vez son complementarias.
No se me olvida que tengo que contaros el “pollo moruno” para el que necesito las especias que de momento no tengo, prometo que no quedará en el olvido.
Los ingredientes de hoy:
- 2 cuartos traseros de pollo
- 3 patas de conejo
- 5 cebolletas
- ½ pimiento verde
- ½ pimiento rojo
- 1 manzana
- 3 ó 4 dientes de ajo
- Tomillo, romero
- Un vasito de Pedro Ximénez
-Aceite, sal y agua
Primero he pochado un poco las verduras, las he escurrido y he reservado el aceite. A las verduras del sofrito les he añadido la manzana troceada y con toda la mezcla he cubierto el fondo de una fuente de horno.
Salo la carne y la pongo sobre el sofrito, por encima romero, tomillo, el Pedro Ximénez, un vasito de agua, el aceite del sofrito y al horno, a unos 180º grados, dándole la vuelta dos o tres veces para que quede doradito.
Retiro la carne de la fuente, cuelo las verduras, las trituro y las paso por un colador para que quede una salsa lo más fina posible. Reduzco un poco con el jugo del asado.
Frío con mantequilla una manzana en gajos gruesos, cuando están doraditos les añado unas cucharadas del jugo del asado, el resto lo mezclo con la salsa anterior para que quede ligera.
Acompañado de unas patatas casi confitadas, que doro justo antes de servirlas, con unos gajos de la manzana, la salsa y el jugo que ha quedado de las manzanas, hacen de estas carnes un plato delicioso.