Pizza "moldeada"
Seguro que no soy la única que cuando llega la hora de la comida o la cena no tiene nada previsto, tan solo abres la nevera, miras… buscas… encuentras… imaginas… haces… y al final… estás encantada contigo misma, que sí, que esto pasa, me ha pasado y os ha pasado ;)
No era lo que tenía previsto para este pan de molde, aunque ha sido estupendo, he conseguido un resultado espléndido.
Entre lo que saqué de la nevera:
- 1 tomate grande
- 1 cuchara de crema de vinagre balsámico
- 1 cucharada de kétchups
- 200g de mozzarella en barra
- 125g de jamón ibérico
- 4 brevas
- 3 huevos
- Orégano
- Albahaca fresca
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva virgen extra
- 10 rebanadas de pan de molde
Y qué podía hacer con estos ingredientes… ¡Una pizza!...
¡Uf! Hacer masa, dejar fermentar, no me apetecía nada de nada ponerme a esas
horas a preparar una masa, y como ya sabéis que yo a veces pienso pues… pensé, y
vaya que resultó ¡Base de pizza con rebanadas de pan de molde! ¡Eh! Conste que
no quiero decir con esto que haya inventado nada nuevo, seguro que no, pero
para mí era la primera vez que la base de una pizza casera no era con una masa.
Paso 1.
Lo
primero era preparar el tomate de la forma más natural y sencilla. Aceite en la sartén con el tomate pelado y picado, salpimiento
y dejo cocer hasta que pierda el agua. Añado el balsámico y el kétchup, unas
vueltas y listo. Reservo.
Paso 2.
Para que la base quedara súper fina, aplasté las rebanadas de pan con un rodillo hasta que el pan pidió auxilio. Corté las cortezas y empecé a colocar las rebanadas cubriendo bien el fondo de la bandeja redonda para pizzas, aunque antes coloqué papel de horno, no sabía si el pan sería capaz de absorber bien o no.
Hasta aquí lo más difícil.
Paso 3.
Ahora el montaje: el fondo bien cubierto con el tomate frito.Paso 4.
Encima la mozzarella en rodajas y un poco de orégano seco. Los higos pelados y cortados en rodajas sobre el queso. El jamón bien repartido entre los higos. En el centro las yemas de los huevos con un poco de su clara. Un hilo de aceite por toda la superficie y lista para meter en el horno, que está bien caliente, a 220º. El tiempo como siempre, dependerá del horno de cada uno, pero no demasiado, el justo para que el pan quede tostado y la yema hecha.
Nada más retirar del horno y justo antes de servir, pongo
por encima la albahaca picada y lista para disfrutar.
Vaya, que cumplió su papel a la perfección, no sobró nada de
nada, festín nocturno pizzero total.
Pizza "moldeada"