Manuel fue compañero de trabajo durante mucho tiempo, ahora y desde hace unos 20 años es un jubilado, y aunque la mayoría de las veces sólo sea por teléfono hemos seguido en contacto.
Siempre nos hacía una visita por Navidad, aunque cada vez quedamos menos "de los de su época", como él nos llama. Hace dos años que ya no viene, le pesan los años y las piernas, nos dice que ya no está para viajar en metro, que sus piernas no son lo que eran, pero eso sí, sólo cuando su salud se lo impide deja sus paseos diarios de mañana y tarde.
Como hace sólo unos días que hablé con él por teléfono, una vez más le he prometido, como siempre, que iré a verle y esta vez espero cumplirlo.
Cuando mi hija me pidió otra receta para grabarla recordé estas ricas rosquillas que Carmen preparaba y Manuel nos llevaba (a Tomás Bretón, donde estábamos entonces) en una caja de cartón bien limpia y que no era precisamente de zapatos.
Ese día era una fiesta, nos poníamos "moraos" de sus rosquillas que estaban divinas, las más ricas que he comido en mi vida.
Esta es su receta, que procuro hacer al pié de la letra tal y como ella la escribió, sólo a veces cambio el azúcar que las envuelve, las de Carmen siempre estaban cubiertas con azúcar blanquilla, yo las prefiero con azúcar glas, me gusta más su textura.
Por si teneis algun problema os dejo también el link a las Rosquillas de Carmen