Cantuccini

Cantuccini, cuando probé este postre me conquistó para siempre. Y... ¡A Dios pongo por testigo...! que es pura casualidad que precisamente hoy os cuente un dulce italiano.

Es tan sencillo y tan rico, eso sí, como no te gusten las almendras vas apañado ya que se puede decir que es el principal ingrediente, ademá de algo borrachuzo, pero poco, casi ni se nota.

Es el típico dulce seco, pero sabroso, con ese punto que dejan los cítricos y como no ¡el anís! Lo probé acompañado con Pedro Ximénez, aunque me han dicho que se suele acompañar con Vin Santo. Personalmente prefiero el vino andaluz, es más dulce, aunque no es necesario acompañarlo con ninguno de ellos, si me dan a elegir, lo prefiero a palo seco.

Lo más difícil, la ralladura de la naranja y del limón, y si esto es lo difícil ni que decir tiene que el resto, está tirado.

Los ingredientes.

- 500 g de harina
- 5 g de levadura
- Una pizca de sal
- 3 huevos
- 150 g de azúcar
- 175 g de almendra, de la que vienen con piel
- 200 g de mantequilla
- Ralladura de naranja y de limón
- una copita de Anís

Se hace un volcán con la harina, en el centro, pongo todos los ingredientes y voy amasando hasta que estén todos bien integrados.

Divido la masa en dos partes y con cada una de ellas hago como una barra de pan plana. Como no hace falta dejarlas reposar las paso con cuidado a la bandeja del horno.

Las meto al horno a 180º unos 20’ más o menos. Pasado ese tiempo, las saco del horno las pongo sobre una tabla de cocina, con un cuchillo bien afilado, con cuidado y con un solo golpe, las corto en diagonal.

Las vuelvo a poner en la misma bandeja, pero vueltas, como si quisieran buscar una siesta. Cuando están todas las vuelvo a meter al horno para que terminen de hacerse otros 15 ó 20’ más.

Cuando están frías las espolvoréo con azúcar glasé. Si apetece se acompañan con Vin Santo, en este caso es de verdad, pero puede ser cualquier vino dulce, o lo más sencillo, sin compañía.

Espero que Mónica, me dé su aprobado, aunque aceptaré cualquier corrección que considere oportuna.

Un rico entrante, milhojas de micuit

Cuando ví hacer esta receta me llamó poderosamente la atención. No llegué a probarla ya que estaba en plena fase de “no comer todo lo que me apetece”, lo que no implicaba que los demás siguieran mi ejemplo, asi que se lo comieron todo.

Fui completamente fiel en la preparación la primera vez que la hice, hace ya algún tiempo, entonces no la conté porque me olvidé de hacer las fotos, pero si que probé un trocito y me pareció delicioso. Hoy no voy contarla tal cual, como otras veces he decidido hacer algún que otro cambio, confieso públicamente que me parece que está bastante más rica que la anterior, o mejor dicho que la original, eso sí, cuesta algo más de trabajo cortarla, pero merece la pena.

También os digo que calculé mal un ingrediente, la manzana asada, por lo que la última capa lleva un añadido de mermelada de albaricoque, que queréis que os diga... que estoy encantada con el resultado, y en la última capa otro cambio, esta vez pera conferencia cortada finísima.

Vaya lío que os estoy haciendo, pero que va, realmente es muy sencillo de preparar, un poco caro por el micuit, pero de vez en cuando hay que darse un homenaje.

Los ingredientes:

- 1 micuit
- 2 manzanas reinetas asadas (como sólo tenía una añadí la mermelada)
- 1 pera conferencia
- 1 trozo de queso de cabra (he utilizado queso de Cebreiro)
- azúcar

Lo primero que hago es forrar un molde cuadrado con plástico para facilitar el desmoldado y poder apretar sin miedo al terminar el montaje.

El micuit debe estar muy frío para facilitar el corte, cuanto más finas sean las lonchas más capas y más suave será el resultado final, así como la capa de manzana asada tampoco debe ser excesiva, lo justo para que no resulte empalagoso ni demasiado dulce.

Y sin más preámbulos empieza el montaje. Cubrir el fondo del molde con una capa de manzana asada, encima la capa de queso, no he puesto cantidad ya que dependerá un poco del tamaño del molde que utilice cada uno, y esta será la única capa de queso que lleve el plato. Encima la capa de micuit, capa de manzana capa de micuit, capa de manzana...

La última, que puede ser también de manzana, la he sustituido por una capa de pera cortada muy fina. Es mejor colocarla sobre el micuit, se pegará mejor y facilitará el corte posterior. Ahora cubro el molde con el plástico sobrante, aplasto con la mano para encajar bien todos los ingredientes y lo reservo en el frigo un par de horas.

Pasado el tiempo lo saco del molde y lo corto en cuadraditos, ni muy grandes ni muy pequeños . Pongo sobre cada trocito una generosa cantidad de azúcar que caramelizo, pincho cada uno con un palito de bambú y listo para comer.

El resultado, si os gusta el micuit, es delicioso. Con el molde que he utilizado han salido 16 trocitos, y con 2 por persona para un aperitivo no está nada mal.

Aunque se de buena tinta que a más de una, Diana, Vero y Carol, se lo habrían tomado como plato único.

HEMEC # 23 Canelones de berenjena con ahumados

Dada mi ignorancia en el mundo de los celíacos, he buscado en internet una lista de productos que no contengan glúten, aunque Ana y Victor ya nos ayudan bastante a conocer ese mundo tan común para ellos y tan difícil para los que podemos, aunque no debamos, disfrutar de todo lo que nos gusta.

Cuesta trabajo entender que haya gente que no pueda comer un simple trozo de pan, y es entonces cuando te das cuenta de la cantidad de productos que contienen glúten, de lo difícil que debe ser, sobre todo al principio, acostumbrarte a cocinar de forma diferente, bueno, de forma diferente para nosotros ya que ellos lo tienen completamente superado.

Por eso que no quería perderme este HEMC23, porque simplemente con leer un poco te das cuenta que hay muchas recetas, y sobre todo muchos productos, con los que se pueden elaborar una extensa variedad de platos diferentes con los que contribuir a dar ideas a esa gran comunidad de amigos celíacos.

Como algunas de mis preparaciones la idea está sacada del libro de cocina de mi amigo Raúl, pero para no variar he hecho mis propios cambios, tanto en el relleno como en parte de la cobertura.

Sólo copio más o menos exacta una receta cuando no tengo pensado publicarla, para eso ya está en un libro, pero si me gusta, y quiero compartirla, la vario lo suficiente para que partiendo de una idea se convierta en otra diferente. Si el resultado es aceptable, y aunque esté feo decirlo lo ha sido, merece ser presentado en sociedad.

Los ingredientes:

- 2 berenjenas
- la parte blanca de 2 puerros
- 100 g de bacalao ahumado
- 100 g de salmón ahumado
- 2 huevos
- aceite, un poco de mantequilla
- 1 cucharada de maizena
- leche

Después de lavar bien las berenjenas, las he cortado en lonchas a lo largo. Normalmente las salo y las dejo que durante un buen rato sobre un escurridor, pero esta vez, como dice Raúl, las he dejado dentro de un recipiente con leche más o meno 1 hora.

Mientras he puesto a pochar el puerro picado con el aceite y la mantequilla. Cuando está añado la maizena y remuevo.

Los ahumados bien picados, los añado a la sartén, cubro con un poco de leche, remuevo y dejo cocer unos minutos. Reservo la mezcla.

Después de escurrir y secar bien las berenjenas, las salo, poco ya que el relleno tiene bastante sabor. Separo las claras de los huevos, las bato muy bien y en ellas voy remojando las berenjenas antes de freírlas más o menos un minuto por cada lado, las retiro de la sartén y las dejo que escurran sobre papel de cocina.

Las dos yemas batidas las añado a la mezcla para el relleno, también he añadido un resto que tenía de cebolleta bien fritita y casi caramelizada aunque no esté puesto en los ingredientes. Relleno los canelones y los voy poniendo en una fuente de horno.

Los cubro con mayonesa que he aclarado con un poco de leche y a la que he añadido unas aceitunas verdes picaditas. Lo meto al horno a 180º fuego arriba y abajo hasta que coja color, y listo.

No es necesario que pasen demasiado tiempo en el horno, todos los ingredientes han pasado ya por su fase previa de cocción, por lo que unos 10' ó 15' a 180º con fuego por arriba y por abajo será suficiente.

No es necesario que se gratinen demasiado, basta con un poquito de color, el justo para recibir al verano con alegria.

Espero que no se haya colado ningún ingrediente, sentiría mucho el despiste.

Como han salido más canelones de los que esperaba, los he congelado pero sin la salsa que los cubra, la que añadiré cuando vaya a utilizarlos.

Helado de dulce de leche

Después de una dura semana sin ordenador, ha estado enfermito aunque espero y confío que esté plenamente recuperado, aprovecho antes de que pueda tener una recaida.

Y para celebrarlo os contaré el helado de Pepa, con el que no llegue a tiempo al HMEC de Mayo, y bien que lo siento, espero no despistarme este mes aunque no tendría perdón ya que tengo el plato preparado, fotografiado y comido, pero esa es otra historia que dejo para dentro de unos días.

Os contaré los ingredientes tal y como los tengo apuntados, ahora bien, yo no le he añadido el azúcar, creo que la leche condensada aporta suficiente dulzor.

Pepa lo sirvió en unas tulipa de barquillo que había preparado el día anterior, realmente es un acompañamiento estupendo, pero recordé un postre rápido y muy fácil que me contó otro amigo, José Luis, y haciendo algunas variaciones lo he utilizado para presentar este helado.

Los ingredientes para hacer el helado:

1 bote pequeño de leche condensada
1 brick pequeño de nata líquida
4 yemas de huevo
2 cucharadas de azúcar.
2 onzas de chocolate muy picadito (optativo)

Lo primero que hay que hacer es cocer al baño María el bote de leche condensada, se entiende que sin abrir, unas 3 horas. Yo lo he cocido en la olla rápida una hora y media, creo que con una hora habría bastado, simplemente ha quedado algo más oscura lo que le da más color al helado.

Bato muy bien las 4 yemas con la nata, y el azúcar si os gusta muy dulce. Cuando esté bien batido añado la leche ya cocida y lo mezclo despacio, hasta que esté completamente mezclado y cremoso.

Añado los trocitos de chocolate, y también los mezclo.

Paso el futuro helado a una fiambrera y lo guardo en el congelador. Cada hora lo saco y remuevo para que no se cristalice, y repito hasta que esté hecho helado.

Para servirlo he seguido los pasos de José Luis, aunque no es exactamente igual os prometo hacer su copa otro día, bueno a lo que iba, pongo en el fondo de la copa una cucharita de mermelada, encima otra de mascarpone algo batido, encima el helado de dulce de leche y por último una bolita de nata semi helada.

Se le puede añadir algún sirope por encima, yo no utilicé ninguno, pero sí un poquito de fruta para darle un punto de color.

El contraste con el queso y la nata, rico, muy rico.

Ensalada, con pera y queso de cabra

Hace unos días estuvimos merendando en casa de Pepa, bueno más que una merienda fue una cena en toda regla.

Barbacoa, eso era lo que tenía previsto, pero la lluvia que desde hace ya casi semanas no abandona Madrid, impidió que pudiéramos disfrutar de ella en el jardín.

Aunque no hay mal que por bien no venga, porque a pesar de la lluvia cenamos estupendamente. Preparó todo en su maravillosa cocina. Lo que no pudo hacer la barbacoa lo arregló una plancha y una freidora.

Todo estuvo delicioso, pero el helado que nos comimos de postre -yo también olvidándome una vez más de mi dieta- y la ensalada me parecieron excelentes.

El helado os lo cuento en unos días, hoy toca la ensalada, rica, muy rica y de la que no sobró nada de nada, sólo nos faltó mojar pan en el juguillo que quedaba en el fondo de la fuente.

Los ingredientes:

- Escarola
- 1 pera conferencia
- 1 cucharada de azúcar
- 1 rodaja de queso de cabra
- Una copita de Pedro Ximénez
- Aceite, vinagre y sal
- Un puñadito de piñones

Pelo la pera y la corto en cuadros, le quito la corteza al rulo de queso y reservo las dos cosas. Pongo una sartén al fuego con el azúcar y un poco de agua (yo le añado unas gotitas de zumo de limón para que no cristalice).

Antes de que empiece a tomar color añado la pera y remuevo, casi continuamente, hasta que el azúcar esté dorado. Añado el Pedro Ximénez y dejo que se evapore un poco.

Fuera del fuego añado el queso y lo mezclo con la pera, no demasiado, para que no se deshaga y parezca una crema.

Aliño la escarola, la paso a una fuente y por encima vuelco el contenido de la sartén. En algún momento, que yo no estaba, Pepa añadió los piñones y supongo que como me lo perdí , también he olvidado añadirlos. No pasa nada, no los hemos echado de menos, pero eso no quiere decir que la próxima vez no los eche.

Como a un miembro de esta familia no le gusta ningún tipo de lechugas, le he preparado un platito de tomate con su correspondiente ración de sartén por encima.

Sé que es un plato muy sencillo, pero es una mezcla deliciosa, y más fácil imposible.