Sabores, olores, colores, hasta tactos diría yo que tengo de mi infancia.
Una infancia en la que empezaron a guardarse mis primeros
recuerdos de los fogones de casa. No me canso de repetir que, sin duda alguna,
fue Mami la culpable de mi vicio cocineril a temprana edad. Mis comiditas para
las muñecas generaban sonrisas en las caras de mis padres. Era tanto su
divertimento, que mi primera tortilla francesa fue como un sobresaliente
geométrico ¿por qué? Sencillamente porque me quedó “perfecta”. Igual de irregular
por un lado como por el otro, aunque por lo menos se podían diferenciar los dos
lados.
Estas costillas, de ternera, forman parte de mis sabores
infantiles, desde luego con algún cambio en su preparación. Ni de lejos me
imagino a Mami añadiendo Ketchup a un asado ni a nada de nada, en fin, es lo
que hay, nuevos sabores…
La elaboración sencilla, el resultado (para mi gusto)
espléndido.
Ingredientes:
3 costillas de ternera
90 ml de agua
100g de Ketchup
60g de miel
20ml de
salsa Perkins (Worcestershire)
1 cucharadita de tomillo
20ml de crema de vinagre balsámico (con trufa, opcional)
1 cucharadita de pasta de pimentón picante (o sencillamente
pimentón picante)
30ml de aceite de oliva virgen extra
Sal
Lo primero encender el horno a 170º.
Salo las costillas que previamente he pasado por una buena
ducha de agua limpia.
Mezclo en un bol el resto de los ingredientes y con el resultado embadurno bien las
costillas y las coloco en una fuente.
Ya están listas para su rato de calor.
No necesitan muchos más cuidados que un par de vueltas
mientras alcanzan su punto perfecto de asado. Bueno, el que yo creo perfecto:
cuando la carne se separa, sin dificultad, de su parte ósea.
Mientras, y para acompañarlas, he preparado unas patatas fritas, previamente cocidas con su piel. Antes de freírlas, las he pasado por una mezcla de pan y kikos rallados a la vez. Primero, las mojo en leche y después al rebozado. Las dejo así preparadas para freírlas un poco antes de servirlas.
Y ya está, costillas, patatas fritas y mi Pedro Picapiedra a disfrutar de lo lindo.
Espero que os gusten.
Se podrían dejar toda la noche con la “salsa” a modo adobo,
pero en mi opinión, la carne, perdería en parte su sabor natural.