Eran las 19:15 cuando llegamos al hotel Món st Benet después de disfrutar de una intensa jornada gracias a Aneto. ¿Seré capaz de contar como se portaron con nosotros? Sí, vale, éramos los ganadores del concurso pero sinceramente... no sé si encontraré palabras para agradecer tanta amabilidad, tanta generosidad y tanto buen hacer.
El día empezó en la estación de Sans, allí
nos esperaban Nuria y Robert a los cuatro que veníamos desde Madrid, nosotros dos y María y Enrique. Paulina y Olivier ya nos esperaban en Aneto.
El traslado hasta la
fabrica fue de lo más entretenido, Nuria nos fue contando y explicando lo que
yo sentí como "el ser" de Aneto. Era fácil ver en sus palabras cuanto
disfruta con su trabajo y como siente a su empresa, y con la que esta cayendo... es francamente admirable.
Al llegar nos recibió
Daniel, y escuchándole comprendí que lo de Nuria no era una casualidad, para
nada, es un sentimiento generalizado, un deseo del buen hacer, de seguir con lo
que ellos dicen que es su producción "natural", y es verdad, porque "lo natural" para hacer un buen
caldo casero es exactamente eso, buenos y frescos productos que tratados con mimo y una cocción perfecta hacen caldos espléndidos. Sí, sí, lo sé, me he hecho adicta.
Al entrar en la sala de
las espectaculares ollas los seis nos quedamos "ojipláticos" al ver
aquellos cestos con las carnes y las verduras que iban a formar parte de un caldo
de jamón, y no solo eso, cerca, muy cerca vimos como se limpian y preparan las
verduras ¡Una a una! Como en casa ¡Dios! Que espectáculo.
Impresionan más cuando es
uno mismo el que está en lo alto.
Por cierto, tuvimos la
suerte de probar un "nuevo producto" que están preparando, y aunque
ellos dicen que aún no está del todo conseguido, a mí tal cual me pareció
perfecto.
Después de la visita por la
fábrica, de asomarnos a las ollas, de ver la cadena de montaje, de disfrutar
mirando embobados las máquinas inteligentes, etc. era ya la hora de comer, y comimos.
Todo rico ¡Señor! Como me gustaron las mongetas con butifarras, en plural, la
blanca y la negra. La blanca estaba buena pero la negra… de domingo en el cielo.
Por la tarde visita y
cata en la bodega Abadal. Un paraje maravilloso, una visita espléndida, unos
aromas que nos invitaron a respirar con los ojos cerrados, y que aún conservo y me emociona.
Al día siguiente,
despedida y cierre, aunque no tan cierre. Nos despedimos de nuestros nuevos
amigos, María y Enrique volvían a Madrid,
Paulina y Olivier regresaban a Milán y nosotros, a Barcelona. Allí
terminamos el día y pasamos el siguiente, y para no alargarme demasiado tan solo diré
que me sigue pareciendo una ciudad maravillosa.
Y como no podía ser de
otra forma me vine cargada con butifarras blancas y negras que compré donde me
recomendó Pulina, en la
Botifarreria , junto a la Iglesia de Santa María (la catedral del mar) en
el Barrio de la Ribera ,
otra maravilla, y como no, mongetas para acompañarlas y calçots. Sé que mi compra es poco original pero me encanta. Con estas adquisiciones y los regalos
de Aneto, regresamos contentos, teníamos nuevos amigos, cosas para contar,
mucho que agradecer y enormes ganas de volver.
¡Ah! Y mi aceite de
empeltre ¡Por fin!
Mil gracias a todas las personas que nos acogieron en Aneto como si fuéramos uno más.
que gustazo de excursión y como lo habrás pasado de bien, me alegro un montón, de verdad y ahora una pregunta, seguro que no le añaden nada de química o conservantes?
ResponderEliminarYo siempre desconfío muchísimo de lo envasado industrialmente!
Ya me dirás.
Un beso enorme y me encanta verte, que hace mucho que no te veía!
No tienen competencia real, tienen productos de gran calidad y un par de caldos no buenos, excepcionales. La verdad es que la visita lo dice todo, productos frescos y transparencia... Me encanta!!
ResponderEliminarElena
ResponderEliminarPasarlo bien... no... Lo siguiente, una experiencia fantástica.
Y... a dios pongo por testigo... que no hay nada, absolutamente nada, que no sea natural como la vida misma, es francamente espectacular ver esos "calderos" llenos de frescura.
Puedes tomarlos con toda confianza, el de Navidad es espectacular, el de paella espléndido y del negro ya ni hablamos.
Prueba uno y me cuentas.
Mil besos
Carlos
¡Sí señor! hoy por hoy creo que no tienen competencia en cuanto a caldos, aunque son extremadamente humildes, prudentes y respetuosos con la competencia.
A mi también me encantan :)
No suelo utilizar caldos de elaboración industrial, pero después de ver este fantástico reportaje que has compartido, voy a probarlos!!
ResponderEliminarMe alegro que lo hayáis pasado tan bien!!!
Un besote,
IDania
Hola Margarita, bonita entrada. Y muy interesante todo lo que cuentas. Nosotras usamos el caldo Aneto desde hace mucho y, la verdad, es que es de gran calidad.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Qué buenas fotos, y si tú afirmas que los caldos están así de bien hechos me lo creo y serán mis nuevos caldos de brick.
ResponderEliminarIDania
ResponderEliminarLo hemos pasado genial y espero repetir un buen día el 20 de Abril, nos vemos ;)
Besos mil
Laurel y Menta
Me alegra compartir algo más con vosotras ;)
Luz
A dios pongo por testigo...
Estoy convencida, no te defraudarán.
Pues es que si se han portado muy pero que muy bien con nosotros, fue una jornada intensa y divertida.
ResponderEliminarMe alegro que os gustaran las butifarras de la botifarreria, con unos calçots debían de saber a gloria!
Besos,
Palmira