28 de octubre de 2015

Algo más que una albóndiga



Albóndigas de rape rellenas


Algo más que una albóndiga

No recordaba por qué no compraba rape pero lo recordé hace muy poco, ya que lo compré y preparé unos medallones bien rebozaditos que estaban deliciosos, por lo menos para mí, pero llegó a la mesa y alguien dijo… “no me gusta mucho este pescado” y otra voz “no me gusta, no quiero”…  ¡Vaya! Eso hizo que comiera, cenara y casi desayunara rape frito. Pero claro, quedaba otro tanto en el congelador que ya tenía casi olvidado y pensé que tenía que hacer algo con él, había que aprovechar aquella blanca y nacarada carne y me puse manos a la obra.

Eso sí, tenía que disfrazarlo un poco, y vaya si lo hice, tanto que casi me hacen la ola ;)

Ingredientes:

  • Rape
  • Miga de pan remojada en leche
  • Queso
  • Perejil
  • Eneldo
  • 1 huevo
  • Sal
  • Morcilla patatera

No pesé nada, todo a ojo, no tenía claro el resultado y ni me molesté.

Paso 1.

La miga de pan la empapé con leche. El queso cortado en cubos. El perejil  con un poco de su tallo. El pescado cortado en trozos generosos. Ahora todo al procesador de alimentos más el perejil, el huevo, la sal, y el eneldo, trituré unos segundos, pocos, no quería que quedase una pasta o se notasen los trozos.

Paso 2.

Bien, toca la prueba de la sal y como siempre pongo una pequeña cantidad en la sartén con unas gotas de aceite para que se haga y así comprobar que todo está bien. Por ahora sigo siendo incapaz de comer pescado crudo, bueno, menos el atún rojo cuando es bueno.

Paso 3.

Y ahora la estrella, porque realmente ha sido la estrella en esta especie de albóndigas pescaderas. Aprovechando mi estancia en Cáceres, no podía dejar de traerme un par de morcillas patateras, tanto dulce como picante, aunque aquí he utilizado la dulce.

Albóndigas de rape rellenas

Paso 4.

En la mano extiendo un poco de la mezcla anterior y en el centro pongo una bolita de patatera, la encierro y formo una bola que paso por harina y frío en abundante aceite caliente.

No quería que cocieran más en ninguna salsa, me bastaban tal y como estaban. Recién fritas y con la patatera fundida mezclándose con el resto de los ingredientes, eso era exactamente lo que pretendía, así que tiré de una salsa de vino tinto que había hecho un día antes y que no sabía muy bien cómo iba a utilizarla y francamente, no pudo tener mejor fin.

Albóndigas de rape rellenas

Y hasta aquí la historia del pescado que no gusta en casa, pero a la patatera ninguna pega. Creo que me estoy extremadurizando un poco, vaya, no es mala cosa ;)

Algo más que una albóndiga

21 de octubre de 2015

Manzanas asadas



Hay que ver cómo pasa el tiempo, otra vez toca receta para nuestro reto “Las mejores recetas de mi madre” de Joan Roca, y esta vez lo hacemos de la mano de Rosalía, la jefa de rossgastronomica, que ha tenido a bien elegir una sencilla y humilde manzana asada.

Hay que reconocer que este tipo de postres, tan de siempre, se hacen pocas veces en las casas, y sinceramente, a mí me encanta la manzana asada. Y es una lástima, parece que estos postres ya no tocan, ahora hay que complicarse la vida en la cocina y nos olvidamos de la sencillez de la cocina de nuestras madres y abuelas,  una pena. Aunque yo soy la primera que se pasa el día buscando nuevas mezclas.

He respetado la receta tal cual, y es que me apetecía disfrutar del sabor de una manzana asada casi sin añadidos.

Ingredientes:

4 Manzanas reinetas
- 4 Cucharadas de azúcar
- 1 dl de Vino Rancio o Moscatel
- Canela en polvo 
- Agua

A las manzanas lavadas la descorazono, odio esta palabra, por la parte de arriba con una cucharita o un cuchillo y las coloco en una fuente de horno.

Sobre cada una, cucharada pequeña de azúcar y un chorrito de vino Rancio. A mí se me olvidó la canela, no me importó demasiado,  manzana que sabrá a manzana,  genial.

Sobre la bandeja de horno añadí una taza de agua y listas para el horno, a 160º, hasta que estén bien cocidas.


Y ya está, tan fácil como servirlas acompañadas con un poco del líquido de cocción que queda en la bandeja y a disfrutar.

Solo falta visitar las “manzanas asadas” de mis amig@s de reto, todas ellas  ricas y sabrosas que nos harán sentir un delicioso aroma en su lectura. 


15 de octubre de 2015

Jarrete de cerdo guisado “España -Cocinas del mundo"


Que rebueno, toca la Ñ, gracias Mar por tu elección. Parece fácil, pero nada más lejos de la realidad, elegir un plato de nuestro maravilloso país lleno de buena  gastronomía no ha sido tarea sencilla.  Es la ventaja de jugar en casa, conoces un poco de cada región y aun mejor, conoces tanto de sus pueblos que es complicado, muy complicado decidirte, aunque yo tenía claro que mi elección falaria galego, faltaría más, pero… ¡caramba! Que podía elegir  y cuanto me dejaba por hacer…

Caldo, lacón con grelos, cocido gallego, callos con garbanzos, pulpo, caldeiradas, sus mil empanadas, capón, huevos fritos con zorza,  mariscos, filloas, bicas, melindres, canutillos de crema, tarta de Santiago, etc.,  pero al final me he decidido por un “guiso” súper casero que está para chuparse los dedos y mucho más.

Lo normal es utilizar jarrete de ternera, o lo que es lo mismo, morcillo, pero me gusta este guiso especialmente hecho con codillos de cerdo frescos y sin cuero, pero claro, tampoco es tan sencillo encontrar este corte en las carnicerías, así que, como otras veces, me fui a la tienda y le dije a mi carnicero: “Juan Carlos… ¿me puedes traer esto?” y vaya si me lo trajo,  5 hermosos codillos de cerdo que casi no tengo pota o perola para meterlos  juntos, pero entraron, hasta ahí podíamos llegar.

Vamos con los ingredientes:

- 5 codillos de cerdo frescos y sin cuero
- 2 dientes de ajo
- Un buen ramillete de perejil
- 3 zanahorias
- 2 cebollas
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- 300ml de vino blanco
- 1 litro de un buen caldo
- Sal
- Aceite
- Patatas pequeñas
- ½ k de guisantes

Tuve los codillos bien embadurnados con el ajo y el perejil, previamente machacados juntos, y un buen chorretón de aceite unas 3 horas.

En una sartén amplia puse aceite para dorar bien los codillos, pero antes, retiré bien todo el ajo y el perejil que estaba bien pegado a las carnes ¿por qué hice esto? Sencillo, quería que ese machacado formara parte del guiso y si lo ponía a dorar junto con el codillo al final sería una carbonilla que no interesaba para nada, ya sabemos que pasa con   el ajo cuando se quema. Sazoné la carne antes de su fritura.

Bien, una vez bien dorados esperan su turno en una fuente o bandeja donde quepan todos.

Sobre el aceite con el picadillo de ajo y perejil, que está en la perola donde se han adobado alegremente, añado las cebollas, las zanahorias y los pimientos, picados en cuadrados, y dejo que se rehogue un poco. Sazono.

Mientras enciendo el horno a 160º.

Pongo los codillos dentro de la perola, añado el vino blanco y que cueza unos minutos para que se evapore un poco el alcohol. Enseguida el caldo.

Cuando empieza a hervir tapo la olla y al horno, allí estará unas tres horas tranquilamente y sin destapar.

Mientras voy preparando las patatas. Como tenía en casa una buena cantidad de ellas de un tamaño pequeño que había comprado para otra elaboración no dudé en usarlas,  me vinieron geniales para este delicioso guiso.


Las dejé que se frieran a fuego lento hasta que estuvieran doradas por fuera y cremosas por dentro.

Retiro la olla del fuego y raspo todo lo pegado de los bordes, es puro sabor, añado las patatas y los guisantes y ya sobre el fuego dejo cocer todo junto, a fuego lentísimo, hasta que los guisantes estén bien cocidos, que no deshechos, unos minutos si tenemos en cuenta que eran congelados. Y listo. Tapar y dejar reposar unas horas, o hasta el día siguiente.


No os podéis imaginar cómo olía la cocina y como estaba este guiso,  maravilloso. Lo siento, en este caso no tengo abuela, pero merece la pena recuperar y disfrutar de estos guisos un poco olvidados, y mira que Mami los hacía divinos.

Querida Mar, gracias, por esta Ñ y por este país lleno de contrastes, de sabores y de buenas gentes.

Pero claro, como ahora llega la O, pensaréis que voy a elegir el único país del mundo mundial que empieza por esa letra, pues NO, me niego, las normas sin normas, como estas cocinas del mundo me  permiten otra licencia, las obligaciones, si las hay, para cosas serias, porque esto, amig@s  mi@s,  es un juego, ni más ni menos, un juego que nos hace disfrutar todos los meses con la gastronomía de algún país y Europa está lleno de ellos.     
                           
Österreich (Republik Österreich), o lo que es lo mismo, Austria.

Os espero el próximo 15 de Noviembre y como siempre...


13 de octubre de 2015

Lentejas turcas


Lentejas turcas, una sopa que enamora

Lentejas turcas

Con lo que nos gustan en este país las legumbres creo que es la primera vez que me embarco en preparar una rica sopa con lentejas rojas, a pesar de estar muy valoradas.

Llevaba tiempo esperando el momento para hacer la prueba, porque a pesar de llevar semanas en casa, me faltaba la receta que mi hermana se trajo de Estambul, para ser más exactos de uno de los hoteles donde se alojaron, Ocean Blue, pero creo que la espera ha merecido la pena.

No pensaba que un plato tan sencillo me iba a cautivar tanto. Esta ha sido la primera vez pero está claro que no va a ser la última.

Estas lentejas las compré en el Mercado de San Antón, aunque  he leído que es fácil encontrarlas también en herbolarios.

Vamos a la receta que estoy deseando repetir.

Ingredientes:

  • 200g de lentejas rojas
  • 1 cebolla
  • 1,5 litros de agua (yo use caldo casero)
  • 1 zanahoria
  • El zumo de 1 limón
  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • ½ cucharita de pimienta
  • 1 cucharita de pimentón picante
  • 1 cucharita de cominos (optativo)
  • 1 cucharita de menta 
  • Sal


Y ahora ¡cuidadín! que es super complicado ;)

Paso 1.

La zanahoria y la cebolla bien picadas, como dicen los profesionales, en brunoise, van a la cazuela junto con el aceite, y allí al calorcillo del fuego lento se sofríen unos 5 minutos.

Paso 2.

Es el momento de añadir el caldo, o el agua, y las lentejas que antes habrán pasado por una ducha de agua fresca. Mezclamos bien y dejamos cocer a fuego lento unos 30 minutos.


Paso 3.

Toca el zumo de limón, el pimentón picante, el comino, la sal y otros 5 minutos más de cocción. Apagamos el fuego y dejamos que reposen un rato.

Lentejas turcas, una sopa que enamora


Paso 4.

Antes de servir se pueden espolvorean por encima con pimentón picante y un poco de menta, ambas incorporaciones son totalmente optativas.

Solo puedo decir ¡Maravilloso plato! ¿Por qué no lo he descubierto antes? pero… ya se sabe… nunca es tarde si la dicha es buena.

Lentejas turcas

5 de octubre de 2015

Carabineros gratinados con queso

Carabinero relleno, un lujo de aperitivo

Un carabinero muy enseñorado...

Creo, sinceramente, que este bocado es perfecto para un delicioso aperitivo, eso sí, si lo que queremos es darnos un festín no hay más que servir 3 o 4 en cada plato, a partir de ahí que cada uno viaje con sus sentidos -y su bolsillo- a donde quiera.

Es tan fácil de preparar que lo único que puede asustar es el precio, por eso me inclino por el aperitivo y dejar el plato para alguna celebración o simplemente, para cocina de domingo en el cielo.

Paso 1.

No pongo cantidades de ningún ingrediente, lo hice a mi gusto y nos gustó tanto que por eso lo cuento, aunque poco hay que contar… carabineros, queso chiddar, queso gruyere, orégano y un hilillo de aceite de oliva virgen extra.

Paso 2.

Abrir el carabinero a la mitad como un libro, que cada lomo sea una página de esta historia y su cáscara la tapa y contratapa. Quitar la tripa negra, fundamental, y poner bien abiertas esas dos páginas centrales sobre una fuente de horno con el fondo manchado con un poco de ese aceite. Lo ideal es dejar también las cabezas, aquí no se ven porque no estaban, las había utilizado para otra historia antes de pensar qué iba a hacer con el resto de los carabineros.

Carabinero relleno, un lujo de aperitivo

Paso 3.

En definitiva, con todo el primer capítulo terminado empezamos el siguiente. Pizca de sal, poca, que los quesos aportan la suya, lámina de chiddar a modo señalador de páginas y por encima una generosa capa de gruyere rayado. Un poco de orégano, este falaba galego, y un poco, pero poco, aceite de oliva virgen extra por encima. 

Carabinero relleno, un lujo de aperitivo

Paso 4.

Listo para el horno que yo calenté a 180o . En cuanto al tiempo, el justo para que se fundan los quesos, unos minutos, no necesita más o los carabineros quedarán tan secos que perderán todo su encanto y tienen un rato.

Y nada más, es todo, cero dificultades y sabor… rozando el sobresaliente.