Este plato de hoy no tiene nada que ver con aprovechamientos, todo ha sido comprado expresamente para su elaboración, pero sí que me ha hecho pensar en ese vicio tan mío de aprovechar todo lo que no se come recién hecho.
Para este dulce he utilizado castañas cocidas, y ahí está la causa de un recuerdo, el de mi padre. A él le encantaban, le gustaban tanto que se las comía crudas, demostrando una paciencia infinita, les quitaba con un mimo increíble esa segunda piel tan pegada y puñetera que a mi me resultaba exasperante, pero ¿Qué tiene esto que ver con aprovechar la comida sobrante? Pues lo tiene, porque ni siquiera un solo trocito de castaña rota merecería ser tirada, y claro, si un trocito de castaña no se tiraba ni os cuento un trozo de carne, o unas simples patatas cocidas, o pescado, nada, en mi casa no se tiraba nada, Mami siempre encontraba una forma de reutilizarlo y si no la había no importaba, a papá todo le venía bien, no le hacía ascos ni a un pescado frío ni a una carne recalentada, él que había pasado una guerra ¡Faltaría más!
Pero también comía y compraba con gusto una docenita de ellas y bien asadas al calor del carbón, porque las castañeras que había en los madriles cuando era una cría sí que utilizaban carbón, y te las ponían en unos cucuruchos hechos con papel de periódico, por cierto, no recuerdo que los periódicos de entonces mancharan las manos o será que simplemente no nos importaba. Será.
Este postrecillo es una forma más de utilizar la sencilla fórmula de una panacotta y me parece tan fácil que casi no tengo fotos, bueno sí, tengo 2, que triste.
Ingredientes:
- Un litro de nata líquida
- Un tarro de puré de castaña cocida (245g)
- 125g de chocolate negro
- 1 vaina de vainilla
- 7 hojas de gelatina
- 150g de azúcar (o algo menos, al gusto)
En un cuenco con agua pongo a remojar las hojas de la gelatina.
La leche en un cazo, con la vainilla abierta y raspadas las semillas la llevo a ebullición. Llegado ese momento separo 250ml, y a los 750ml restantes le añado el azúcar y remuevo en caliente para que se disuelva.
En medio litro de esa nata caliente disuelvo 3 hojas de gelatina bien escurridas del agua de remojo. Remuevo bien y utilizando un colador la vuelco sobre el puré de castañas. Mezclo bien y reparto esta primera mezcla sobre las copas elegidas para presentar el postre. También preparé algunos chupitos. Todos los recipientes a la nevera hasta que la gelatina empiece a hacer efecto.
Mientras fundo el chocolate. Vuelvo a calentar los 250ml de nata SIN AZÚCAR y añado 2 hojas de gelatina. También utilizando un colador vuelco esta mezcla sobre el chocolate que he fundido en el microondas y reparto sobre la parte de castañas que ya está lista para recibir esta capa de chocolate. Otra vez al frígo.
La última capa, la “panna cotta” más natural, seguirá los mismos pasos. Caliento la nata, deshago las 2 hojas de gelatina restantes y con cuidado, utilizando también el colador, voy repartiendo sobre la ya casi cuajada capa de chocolate. Al frígo otra vez.
Para servirla nada de particular, un poco al gusto, unos trocitos de marrón glasé, unas virutas de chocolate, o simplemente un poco de mermelada de mandarina como en este caso. Por supuesto casera, con mandarinas valencianas, faltaría más.
A papá le habría encantado, seguro, nunca he conocido un padre más orgulloso de sus hijos que el mío, ese gallego de Ourense al que le encantaban las castañas y muchas otras cosas. Creo sinceramente, que debería contaros algunas anécdotas suyas, sí, creo que lo haré.
Para este dulce he utilizado castañas cocidas, y ahí está la causa de un recuerdo, el de mi padre. A él le encantaban, le gustaban tanto que se las comía crudas, demostrando una paciencia infinita, les quitaba con un mimo increíble esa segunda piel tan pegada y puñetera que a mi me resultaba exasperante, pero ¿Qué tiene esto que ver con aprovechar la comida sobrante? Pues lo tiene, porque ni siquiera un solo trocito de castaña rota merecería ser tirada, y claro, si un trocito de castaña no se tiraba ni os cuento un trozo de carne, o unas simples patatas cocidas, o pescado, nada, en mi casa no se tiraba nada, Mami siempre encontraba una forma de reutilizarlo y si no la había no importaba, a papá todo le venía bien, no le hacía ascos ni a un pescado frío ni a una carne recalentada, él que había pasado una guerra ¡Faltaría más!
Pero también comía y compraba con gusto una docenita de ellas y bien asadas al calor del carbón, porque las castañeras que había en los madriles cuando era una cría sí que utilizaban carbón, y te las ponían en unos cucuruchos hechos con papel de periódico, por cierto, no recuerdo que los periódicos de entonces mancharan las manos o será que simplemente no nos importaba. Será.
Este postrecillo es una forma más de utilizar la sencilla fórmula de una panacotta y me parece tan fácil que casi no tengo fotos, bueno sí, tengo 2, que triste.
Ingredientes:
- Un litro de nata líquida
- Un tarro de puré de castaña cocida (245g)
- 125g de chocolate negro
- 1 vaina de vainilla
- 7 hojas de gelatina
- 150g de azúcar (o algo menos, al gusto)
En un cuenco con agua pongo a remojar las hojas de la gelatina.
La leche en un cazo, con la vainilla abierta y raspadas las semillas la llevo a ebullición. Llegado ese momento separo 250ml, y a los 750ml restantes le añado el azúcar y remuevo en caliente para que se disuelva.
En medio litro de esa nata caliente disuelvo 3 hojas de gelatina bien escurridas del agua de remojo. Remuevo bien y utilizando un colador la vuelco sobre el puré de castañas. Mezclo bien y reparto esta primera mezcla sobre las copas elegidas para presentar el postre. También preparé algunos chupitos. Todos los recipientes a la nevera hasta que la gelatina empiece a hacer efecto.
Mientras fundo el chocolate. Vuelvo a calentar los 250ml de nata SIN AZÚCAR y añado 2 hojas de gelatina. También utilizando un colador vuelco esta mezcla sobre el chocolate que he fundido en el microondas y reparto sobre la parte de castañas que ya está lista para recibir esta capa de chocolate. Otra vez al frígo.
La última capa, la “panna cotta” más natural, seguirá los mismos pasos. Caliento la nata, deshago las 2 hojas de gelatina restantes y con cuidado, utilizando también el colador, voy repartiendo sobre la ya casi cuajada capa de chocolate. Al frígo otra vez.
Para servirla nada de particular, un poco al gusto, unos trocitos de marrón glasé, unas virutas de chocolate, o simplemente un poco de mermelada de mandarina como en este caso. Por supuesto casera, con mandarinas valencianas, faltaría más.
A papá le habría encantado, seguro, nunca he conocido un padre más orgulloso de sus hijos que el mío, ese gallego de Ourense al que le encantaban las castañas y muchas otras cosas. Creo sinceramente, que debería contaros algunas anécdotas suyas, sí, creo que lo haré.
Qué buena combinación. Y a mí también me gusta comer las castañas crudas, me parecen una cosa riquísima.
ResponderEliminarque bueno, delicioso, me quedo con la receta
ResponderEliminarPues yo las castañas las tomo siempre asadas o cocidas, pero sobre todo asadas, me chiflan! Pero viendo esta panacotta creo que voy a tener que empezar a hacer postres con ellas! jeje
ResponderEliminarUn beso!
Miriam
ResponderEliminar¿Sabes? A mi también me encantan crudas pero odio pelarlas ;)
La cocina de mi abuelo
Perfecto :)
Magdalena de Chocolate
Pues... tengo un flan...
Me encantará leer esas anecdotas de tu padre.
ResponderEliminarY es verdad, cuando yo era pequeña muchísimas cosas te las daban en papel de periódico.
Las castañas me gustan de todas formas y con su sabor particular es la combinación perfecta para una pannacotta.
ResponderEliminar¡¡¡ Precioso postre y rico por descontado !!!
Esto es una sencilla delicia de 10 nena!
ResponderEliminarbesos
lamam
eu
ResponderEliminarDisfrutaré contandolas :)
Samhaim
La mezcla resulta cremosoa, suave y nada empañagosa.
La mambalina
Me alegra que te guste, mil gracias.
Delicioso... enviaré tu receta a unos amigos que tienen la suerte de tener un castañar en la sierra de Huelva. Ellos coleccionan todo tipo de recetas con castañas, y ésta les encantará
ResponderEliminarBesos. Ana
Delicioso el postre...y los recuerdos, Marga, qué bien te entiendo.
ResponderEliminarLas fotos magníficas sin duda, y como siempre.
Ana
ResponderEliminarMe alegro, ojalá les guste.
Besos mil :)
Luz
Sabes, tenía mi edad cuando nos dejó... era tan joven
Tiene qeu estar riquísima1!!! las castañas me encantan y mira que no las he usado nunca en ninguna receta, solo las he tomado crudas o asadas.Y por lo demás, tienes razón, no está el tema para tirar nada
ResponderEliminarPero esto tiene una pinta de morir...hummm, ya mne has desconcentrao para toda la mañana
ResponderEliminarEstoy seguro que le habría encantado a tu padre, es una delicia verlo, y es que tienen que estar de vicio!!
ResponderEliminarUn saludo.
ains que ricosssss
ResponderEliminarco que me gustan as castañas nunca me imaxinei comelas en panacota, superorixinal¡ bicos¡
ResponderEliminarnunca dejas de sorprenderme y además para bien !!! qué cosa más buena por Dios adoro las castañas y la pannacotta...esta me animo a hacerla no tardando !!!!
ResponderEliminarbesos, artista !!!
Vaya pannacotta de lujo total.
ResponderEliminarA mi con las castañas me pasa como a tí, me gustan, pero no soporto tener que pelarlas, supongo que por eso cada vez que puedo me pongo tibia de marron glacé, jaja.
Tu postre es un derroche de color y buen gusto. Cómo no iba a estar orgulloso tu padre!
Besos.
Carmen
ResponderEliminarVaya, nada de nada ;)
Su
Jajaja!!! Ya te vale la escusa
Carlos Dube
Sí, seguro que sí. Gracias :)
María
Por lo menos eso dijeron losa que se los zamparon todos!!!
Vero
Pues ya sabes… ¡A traballar!
Bicos
Cabriola
Y seguro que no te engorda jejeje!!!
Besitos mil :)
Zer0gluten
Egque tienen esa pelusilla tan asqu… vale, vale, ya se que están muy ricas.
Besos
Que buena receta, me encanta la castaña!
ResponderEliminarun saludo
Me ha encantado leer la entrada... Yo soy como tú, que todo lo aprovecho y en casa no hacemos ascos a comer 2 dias seguidos el mismo plato. Así me enseñaron mis padres y yo lo veo una virtud, así que practico lo mismo enmi casa...
ResponderEliminarEn cualquier caso, tu panacotta es realmente deliciosa y tan vistosa... Esas castañas me han abierto unas ganas de golosina que no veas.
Un besote
te han quedado unos verrines preciosos y seguro que riquisimos. Me encantará leer más anécdotas de tu padre ;)
ResponderEliminarSalu2, Paula
http://conlaszarpasenlamasa.cultura-libre.net
http://galletilandia.blogspot.com
Qué entrada tan bonita, es cierto que los padres, al menos el mío también tienen una cosa especial con la comida. Cualquier cosa que haga él la prueba encantado, dice que está riquísimo y que como lo habré hecho.
ResponderEliminarEstoy segura que más de una vez me ha puesto esa cara sonriente mientrs por dentro decia, dios... pero esto que es?
La panacotta genial, una duda la crema de castañas cocidas, se compra? Si es así, donde?
Gracias y un besito ^^
k buena pinta madre mia!!!!
ResponderEliminarme encanta margarida!!
un saludito!
Que ricura Margarida, con castañas debe quedar realmente delicioso.
ResponderEliminarQué presentación!
Besos.
Qué bonitos te han quedado estos vasitos! Y cómo me ha gustado la historia de tu padre... A mi a veces se me estropean cosas en la nevera y me da una rabia!
ResponderEliminarPues que siga tan interesante desfile familiar. Primero fue Mami, después Tere y Moncho y ahora Papi. Estamos encantados leyendo tus cosas. Oye...¿tu eras trasto de niña o un angelito?
ResponderEliminarLa pannacota riquísima. La mandarina, el toque de quien tiene angel en la cocina.
Wow! Impresionante.
ResponderEliminarBesos.
Te han quedado unos vasitos exquisitos y muy bien presentados. Seguro que la combinación de la panacota y el puré de castañas estaba deliciosa... A mi las castañas no me apasionan, pero así presentadas no les diría que no!
ResponderEliminarPor cierto, las manzanas rellenas de más abajo tienen una pinta tremenda. Parece mentira que sea una receta de aprovechamiento!
Un beso!
La Taula d'en Bernat
Flor de Canela
ResponderEliminarComo me gusta descubrir lo mucho que gustan las castañas :)
Laube
¡Ay! Cuanto me privo últimamente de golosear :(
Paula
¿Verrines? Me encantan las palabras “nuevas” para mí
Carolina No cocino Bien
Jajaja!!! Seguro que no te está mintiendo, los padres “casi” nunca mienten ;)
MIBLOGDEPINTXOS
Gracias joven. Saludos mil.
Kako
El postre que por si solo es muy agradecido.
Besitos :)
Irene
Gracias por todo el comentario.
Josemari
¡Uuuuummmmm! Mejor… no preguntes… o me veré obligada a contestarte ;)
Silvia
ResponderEliminarBueno, bueno, que me voy a poner colorada…
Anna
Te diré que, he conseguido comer alimentos que no me matan, pero eso si, con un buen disfraz ;)
A mi las castañas me gustan crudas, asadas, en compota...d cualquier manera!!!
ResponderEliminary ademas la panacotta es el postre favorito de mi marido, asi que esta receta la voy a tener que hacer porque saldremos ganando ambos!
Muy apetecible por los ingredientes y por esas fotos fabulosas que te has marcado!
ResponderEliminarHola Margarida
ResponderEliminarComo de costumbre te tengo que decir ENHORABUENA! Las fotos son excelentes y las explicaciones son paso a paso para torpes como yo.
Me encantaria que concurses con esta receta en el concurso de recetas de muchogusto.net de este mes que va sobre castañas. Animate porque hay premios muy chulos.
Saludos y enhorabuena por el blog!