Esta vez lo he tenido muy fácil, ha sido
una elección ya elegida, votada y totalmente consensuada, y me explico.
Reunión de amigas. Cada una lleva un
plato para compartir de la comunidad elegida. Claro que esta vez no nos
poníamos de acuerdo, Cataluña o Aragón.
Al final, decidimos que cada una hiciera un poco lo que quisiera, eso
sí, lo que quisiera pero de una o de otra, sólo hubiera faltado una tercera
comunidad en discordia. Lo único que siento es haber tenido que elegir, porque
sinceramente creo, que cualquiera de las dos tiene suficientes platos como para
haberse merecido un monográfico.
Yo tenía claro lo que quería hacer desde
el principio, y al poder elegir me quedé con estas butifarras que ya me tenían
enamorada.
También diré que al terminar el plato, a
pesar de haber respetado todos los ingredientes, me decepcionó un poco, o éstas no eran las
butifarras apropiadas, a pesar de ser espléndidas, o no era realmente lo que
esperaba, pero claro... “la comida de amigas”...
En fin, era el momento de tunear un poco
el plato. Pero vamos por partes.
Ingredientes:
En una cazuela de barro o hierro colado,
yo hierro de Buyer, pongo la manteca y el aceite y doro ligeramente las butifarras
que antes he pinchado por varios sitios para evitar que estallen.
Ya morenas,
añado el agua, la piel de limón, el palo de canela moscatel hasta que queden
cubiertas.
Tienen que cocer poco a poco para que se
concentre bien el jugo.
A media cocción, añado las manzanas
peladas y cortadas en 8 trozos y dejo cocer todo junto para que se mezclen bien
los sabores.
No sé si añadí más líquido del que debía,
pero no terminaba de convencerme el resultado final, me parecía un poco
aguachirri pero no tenía tiempo de preparar otro plato, y aquí empezó el tuneo…
Sofrito de fondo de congelador con
cebolleta, puerro, calabacín y zanahoria y un tarro de unas buenas alubias
blancas.
Retiro de la sartén las manzanas y las
butifarras, pongo el sofrito que dejo dé un hervor.
Añado las alubias junto con
las butifarras y otro poco a fuego muy lento todo junto, todo menos las
manzanas, porque éstas pasan a una sartén con una pizca de manteca, la que
había quedado sobre la superficie del primer caldo, y dejo que casi se
caramelicen.
Ya sólo falta servir, bien caliente. Esta
vez, sobre una sartén de le creuset maravillosa con más de 30 años en esta casa
y acompañar con unas pequeñas quenellas de la manzana caramelizada.
Por suerte, fue un éxito, nos encantó. El
resultado final fue, sin duda, mucho mejor de lo que yo misma esperaba, porque
sinceramente… no las tenía todas conmigo.
Debo reconocer que es la primera vez que
un plato de este libro no me seduce a la primera, pero sí que con este pequeño
apaño me ha cautivado para siempre.
Más opciones de mis amigos "rokeros":
No nos lo pusiste fácil este mes Marga... butifarra dulce en París?!!
ResponderEliminarEl tuneo me ha encantado, se parece mucho a un guiso que nos preparaba mi madre pero que no presentaba tan elegante :o) Y no creo que llevaba manteca tampoco...
Me ha sorprendido como te ha quedado la salsa, a mi me quedó tipo caramelo pero algo más ligero...
Pues nada, a por la siguiente receta, ¿a quién le toca?
Besos
Palmira
Creo, sinceramente, que la próxima ;) es más agradecida ¿Verdad?
EliminarBuenos días Marga! cuando leí la receta no me sedujo eso de cubrir con el agua y lo que hice fue echar menos y la verdad es que quedaron genial
ResponderEliminarBesos
Una receta "compleja" pero al final bastante resultona, eso si, con tuneos incluidos.
EliminarBesos
Marga reconozco que a mí tampoco me sedujo la receta, pero voy comprobando que no fue amor a primera vista, ni para ti.
ResponderEliminarAl final todas resolvimos la papeleta y con resultados geniales.
Bss.
Pero que muy buenos los resultados a pesar de la peliaguda butifarra dulce :)
EliminarBesitos