Vamos con la segunda parte de las carnes utilizadas para el "gusto de sopa" y de una parte de ese caldo resultante.
¡Albóndigas! Sí, albóndigas.
Además de la panceta, el rabo, trocito de morcillo y el chorizo, he puesto un trozo de pan remojado en leche, un huevo, un generoso ramillete de perejil, una guindilla fresca, un chorrito de aceite y algo de sal. Todo junto, en el procesador de alimentos, unas cuantas vueltas y lista esa mezcla para empezar a dar forma a esas albóndigas.
En cuanto a esto nada que explicar, dar forma, pasar por harina y freír en abundante aceite bien caliente para que se doren rápido, no quiero que se hagan demasiado, no lo necesitan... de momento.
Ahora tan sólo falta preparar los fideos, éstos fideos bien gordos.
En una cazuela pongo a hervir caldo con la mitad del sofrito que llevaban las judías, zanahoria, ajo, cebolleta, chirivía, añado las albóndigas que dejo cocer unos minutos. Enseguida absorben parte de ese caldo y pruebo… y descubro que por ellas mismas… tal cual… ya son plato con nombre propio “albóndigas de cocido”, espectaculares, de verdad, siento ser tan pasional pero así era, mantequilla pura que se deshace en la boca.
Pero como yo tenía metida en mi cabeza esa "no sopa", la hice, cocí esos fideos y serví los fideos con unas albóndigas, plato único y completo.
Creo que es la primera vez que le saco tanto partido a unas carnes que ya han dejado lo mejor de su esencia en mi caldo sopero.
Espero, como siempre, que os guste.
Pues menudos homenajes les has rendido a estos trozos de carne !!! Esta fideuà me parece una exquisitez y me gusta el arte con el que has combinado preparaciones para resultados totalmente distintos pero excepcionales!!!
ResponderEliminar¿me adoptas, por lo menos un par de semanas? Y así de paso por fin visito Madrid?
Besos y feliz semana,
Palmira