Sopa de cebolla

Esto de “la internes” es muy complicado, y no me refiero tan solo a su utilización, que me parece un gran invento, me refiero a que lo normal en las personas que hacemos uso de sus ventajas y que nos beneficiamos de ellas, la utilizamos según nos interesa. Lo que quiero decir es simplemente que a través de este medio te relacionas con personas muy diferentes y no siempre con los mismos intereses.

¿Que se hacen amigos? ¡Por supuesto!

Aunque hace ya bastante tiempo un@ me abrió los ojos al decirme ¿Amig@? Todos sabemos que en esto de los blogs no existen los amigos. Solo le faltó decir “perdona bonita”…

En fin, tanto rollo para decir que sí, que tengo algunos amigos gracias a acibechería, que estoy encantada por ello y con ell@s, y que precisamente a uno de ellos le dedico hoy este plato, porque con sus cebollas, he triunfado.

¡Va por usted J.D.!

Los ingredientes:

- Las cebollas
- 100g de mantequilla
- Sal
- Pan
- Queso (Mahón tierno)

Tras dejar bien limpias las frescas cebollas de J.D. quedaron unos 640g de lágrimas... digo de limpia carne cebollera, porque además de limpiar también hay que pasar otro rato llorando mientras las descuartizas en fina juliana, las salas y las tapas.

Superado este paso las dejo disfrutar un buen rato al calor de la lumbre, y cuando digo buen rato quiero decir exactamente eso, un buen rato, unos 40 minutos más o menos, cociéndose en la mantequilla a fuego lentísimo y removiendo a menudo para que no se doren. En este paso las cebollas deben quedar blancas, no doradas.

Pasados los 40 minutos las destapo, y sin dejar de remover, las dejo en el fuego unos 10 minutos más.

Hasta aquí lo más complicado de esta sopa que por otra parte es una autentica delicia.

El resto sencillo. Rebanadas de pan de hogaza, puede ser pan de barra o baguette, yo he utilizado hogaza que después de tostarlas ligeramente he partido a la mitad.

Sobre el pan voy poniendo la cebolla, por encima una capa de queso rallado, y en este estado las voy colocando dentro de la olla. Repito esta operación hasta terminar con toda la cebolla y las rebanadas de pan.

Es el momento de añadir el agua hirviendo, o caldo ligero de ave por los huecos libres que nos ha quedado hasta que el pan flote (no echar el caldo sobre el pan), y después dejamos cocer unos 30 minutos a fuego lento.

Mientras caliento el horno a 200º. En este momento se puede añadir más líquido a la sopa si fuera o fuese necesario. Espolvoreo, otra vez, la superficie con más queso rallado, por encima unas bolitas de mantequilla y a hornear, sin tapar, hasta que la superficie esté completamente doradita y un poco suflada.

Servir y listo.

Espero que os guste. A mi cuñado José Luis, que ha hecho unas cuantas fotos, le serví dos raciones y se las comió sin rechistar, bueno algo sí que rechistó… dijo… ¡voy a reventar!

Gracias J.D., espero ansiosa esos ruibarbos.