Siempre tengo a mano, por lo menos un libro. No siempre es el último que he comprado, me gusta ir recordando el contenido de cualquiera de ellos que ya lleva años en alguna estantería.
Muchos de mis
libros están llenos de trocitos de papeles marcando todas aquellas páginas
donde hay algo que me interesa especialmente. Y esto, no ocurría con esta
receta.
Estaba buscando
otra, que encontré, pero aproveché para revisar todas las páginas de ese libro,
hoja a hoja y allí, en la página 228 estaba el Kataifi. ¿Cómo era
posible que no lo hubiera visto antes? ¿Cómo podía haberme saltado semejante
delicia?
Al día siguiente me
puse a buscar la masa kataifi, y la
encontré, la compré, y esa misma tarde ya estaba preparando mi primer kataifi, que desde luego no será el
último.
Ingredientes:
- 500g de masa
kataifi
- 200g de mantequilla
ablandada o clarificada
Para el almíbar:
- 600g de azúcar
blanquilla
- 100g de glucosa
líquida
- 1 ramita de
canela troceada
- 1 limón
Para el relleno:
- 125g de nueces
ligeramente picadas
- 125g de pistachos
ligeramente picados
- 1 c/p de canela
molida
- 50g de galletas
azucaradas
- Una pizca
generosa de clavos molidos
Lo primero,
preparar el almíbar con 400 ml de agua en una cazuela. Añado el azúcar, la
glucosa líquida, la canela y el zumo del limón. Hay que disolver el azúcar a
fuego medio, en ese momento se lleva a ebullición para que hierva 10 minutos.
Se deja que enfríe un poco, se cuela y se reserva.
Con la
mantequilla pincelo un molde de 22cm de diámetro y de 4cm de alto,
aproximadamente, ya que el mío tiene 5cm.
Para el relleno
se mezclan todos los ingredientes y se añade unos 50ml del almíbar, se mezcla
bien. Tiene que quedar compacto.
Sobre la encimera,
que estará limpia como para poder comer sobre ella, se separan los hilos de
kataifi. Algunos están muy pegados, pero deben quedar sueltos.
Con estas
cantidades salen, o deben salir 15 kataifi.
Yo corté tiras de
kataifi de unos 10cm, el libro pone que las tiras deben formar una T invertida.
El palo horizontal de 8cm y el vertical de 10cm, francamente, creo que mis T
tenían los dos palos del mismo tamaño.
A lo que
interesa. Sobre el palo horizontal se pone el relleno. Primero, se aprieta un
poco con las manos para que quede bien pegado, se pone en el centro de la masa
y se enrolla. Lo colocas sobre la vertical y lo vuelves a enrollar de forma que
la masa kataifi envuelva el relleno. Lo pones sobre el molde.
Tienen que quedar
bien encajados, pero holgados, que ninguno apriete al de al lado haciendo que
se tuerza o lo empuje hacia arriba.
Después, pincelarlos
bien con el resto de la mantequilla y con la parte trasera de un cuchillo. Marcar
cada kataifi, que se noten perfectamente dónde empieza y acaba cada uno de
ellos. Y luego, dejarlos reposar durante una hora. Mientras, precaliento el
horno a 180º.
Horneo los
kataifi durante 30-35 minutos, hasta que estén doraditos.
Mientras, pongo
el almíbar a calentar hasta los 60º y con tres cuartas partes, nada más sacar
el molde del horno, rocío los kataifi. Espero otros 30 minutos y termino de
rociar con el resto del almíbar.
Ahora los tapo
con un paño de cocina y los dejo reposar durante 4 o 5 horas dentro del mismo
molde. Éstos pasaron la noche a cubierto.
Se sirven
acompañados con café.
Diré de ellos
exactamente lo que pone el libro: Suculentos y con un exquisito sabor a
especias y frutos secos. Estos pastelitos griegos son una verdadera delicia.
Y lo son,
realmente espectaculares. Se conservan durante 3 o 4 días en un recipiente
hermético.
Como siempre,
espero que os gusten y que os animéis a probarlos, os sorprenderán.
Es una receta muy interesante para no dejar de probar...
ResponderEliminarSaludos
Que rico, Margarita con lo golosa que soy yo y lo que me gustan estos dulces, la próxima vez me guardas uno, jejeje, besotes
ResponderEliminarSofía
¿No te resultó complicado el desenmarañarlo?.
ResponderEliminarYo le descubrí la última Semana Santa "vermuteando" en "Casa Juanico" (Barrio del Tubo zaragozano) y como me gustó mucho me animé a comprarlo... ¡Menudo desastre!. Se me rompía por todos los lados y las tiras no me quedaban de más de 5 o 6 cm. ¿Tiene algún misterio el desenrollarlo?.
Desde luego las tapas que preparé quedaron de escándalo pero nada fotogénicas, las pobres así que ni me molesté en "inmortalizarlas".
Besicos.
A mi, como a ti, también me costó mucho hacerme con un trozo generoso, pero el libro de donde saque la receta decía que había que hacerlo despacio y con paciencia para no romper los largos hilos de masa, y eso hice, paciencia, poco a poco y utilizando pocos hilos cada vez.
EliminarNo se si será de ayuda este rollo que te he contado, pero ese es todo el misterio de esta rica masa-pasta.
Besitos mil