Antes de saber que Nieves y Elena en su cajita habían elegido Irlanda, tan sólo había pensado en recetas italianas. Supongo
que por la atracción que siento por su gastronomía, pero rápidamente cambié el
chip y empecé a trabajar mentalmente poco, para ser sincera. No me costó
demasiado decidirme “PAN” sin duda, y desde luego tenía dónde elegir: desde el
pan de soda, el de castañas y avellanas, el pan de nueces, el de avellanas con miel y granos, había uno que deseaba probar hacía tiempo y aquí está, no me ha defraudado,
maravilloso sin duda alguna.
Los ingredientes:
Para la
cebolla:
· 200g de
cebollas blancas, picadas en trocitos
· 280ml
de leche entera
· 3 hojas
de laurel
Para la
masa:
· 100g de
harina integral de fuerza
· 400g de
harina de fuerza
· 1 ½
cucharadita de sal marina
· 1 ½
cucharadita de levadura fresca desmenuzada
· 250g de
la leche de cocer la cebolla
· 150g de
masa madre blanca
·
250g de cebolla cocida
Caliento
la leche en un cazo junto con la cebolla y las hojas de laurel, cuando rompe el
hervor apago y dejo enfriar durante 30 minutos. Cuelo la cebolla, el laurel y reservo.
En un bol mezclo la harina y la
sal. En otro bol disuelvo la levadura en 250ml de la leche de la cocción de las
cebollas. Añado a la leche la masa madre y bato hasta que quede muy fino. Por
último, añado las cebollas y revuelvo.
Incorporo la harina y mezclo
con las manos hasta que todo esté perfectamente incorporado, el resultado es
una masa homogénea y pegajosa. Retiro la masa que tengo en las manos y la añado
a la masa del bol. Tapo y dejo reposar 10 minutos.
Unto la encimera de la mesa con
un poco de aceite, bueno, toda no, una parte, donde voy a poner la masa para
amasarla durante 10 segundos para terminar con la masa en forma de bola.
En el bol, ya limpio, pongo un
poco de aceite que extiendo por sus paredes. Meto la masa dentro y dejo reposar
10 minutos. Amaso de nuevo y vuelvo a dejar la masa en forma de bola y la dejo
otra vez en el bol, tapada durante una hora en sitio templado (21-25ºC).
Forro con un paño
enharinado el interior de un bol de unos
20cm de diámetro. Espolvoreo un poco de harina sobre la mesa y formo una bola
con la masa con el pliegue hacia arriba y la coloco en el bol con el paño. Dejo
fermentar hasta que casi haya doblado su volumen.
Precaliento el horno a 210º.
Vuelco el pan en una bandeja de
horno espolvoreada con sémola. Vaporizo con agua el interior del horno y dejo
cocer, en el centro del horno, durante 20 minutos. Después, bajo la temperatura
a 190º para que siga cociendo otros 30 minutos, hasta que la corteza esté con color
moreno Cancún.
Dejo enfriar sobre rejilla.
Solo, con mantequilla, con champiñones
salteados, unos cremosos huevos revueltos y un poco de jamón por encima…
manjar de dioses. Sin ninguna duda. Un pan que merece la pena repetir
de vez en cuando.
Fin de este fantástico viaje
por Irlanda, que me ha gustado y mucho, y eso que mi inglés ni siquiera es de
andar por casa, claro que un buen pan no necesita idiomas.
Llega el momento de disfrutar con vuestras aportaciones, y descubrir el país elegido por la dulce Mar, está claro que me refiero a la dueña y señora de la cocina de mar.
En Marzo viajamos