Este bizcocho de Montserrat, que aparece en el libro de “Las mejores recetas de mi madre” de Joan Roca, y que este mes ha elegido Sofía, me ha hecho recordar lo que ya he contado en más de una ocasión, los bizcochos que hacía mi Mami, bizcochos, que para mí, son los mejores que he comido en toda mi vida. Sus tartas, especialmente la de moka, y su brazos de gitano rellenos con crema pastelera y recubiertos de almendra tostada eran lo más.
Pues bien, este bizcocho de hoy, me ha traído esos
recuerdos, buena señal…
Es un bizcocho suave, delicado y esponjoso. El relleno de
nata le hace aún más delicado y para nada empalagoso, aunque en un principio pensé
en crema pastelera y tan solo azúcar glas por encima… al final, nata y ganache
de chocolate por encima, vaya, que ligero lo que se dice ligero como que no es, pero rico estaba un rato.
Ingredientes:
- 250g de
harina
- 250g de
azúcar
- 8 huevos
- 1 limón
- 15g de
levadura en polvo
- 500g de nata
montada o trufa
- Azúcar de lustre
Separo las yemas de las claras. Las yemas, junto con el azúcar y la ralladura de
limón (yo utilicé una lima) en un bol. Este sobre una olla al fuego y con agua
caliente, pero cuidando que el agua no toque la base del bol, y con varillas,
eléctrica o a mano, se blanquean y emulsionan. Retiro del calor del baño maría.
Las claras las monto a punto de nieve y las voy mezclando,
en movimientos envolventes, con las yemas. Cuando ya está todo bien incorporado
es el momento de añadir la harina, que ya tengo tamizada junto con la levadura.
Cubro una bandeja de horno con papel y vierto la mezcla
encima. Extiendo con una espátula y aliso la superficie lo mejor que puedo.
Y listo para el horno que ya está bien caliente, 210º durante diez minutos.
Ya cocido, y fuera del horno, coloco por encima un trapo
húmedo bien escurrido, le doy la vuelta y dejo que se enfríe sobre una
rejilla.
Solo falta el relleno, este con nata montada. Ningún secreto,
montar la nata y listo.
Como me parecía un poco triste he preparado una ganache de
chocolate con la que he recubierto todo el bizcocho. Unos trocitos de naranja confitada como adorno, y listo, nada más y nada menos.
Un dulce que merece ser el rey de una buena comida o mejor
aún, de una espléndida merienda.
Y ahora toca visitar los “brazos” de mis amigas y compañeras
de reto.
Querida, lo rico no suele ser ligero, jajajajj y esa coberturaaaaaaaaaaaa, por Díos, para pecar y no confesarse.
ResponderEliminarBss, la próxima eliges tú creo
Pues sí, qué penita que lo bueno dos veces va al culo, jajaja, menuda pinta que tiene y esa cobertura de muerte!!!! y como dice Rosalía, para no confesarse, jajaja. Besos
ResponderEliminarSeguro que tu los haces tan bien como ella, tiene una pinta deliciosa!!
ResponderEliminarBesos
Nieves
Essa torta ficou fantástica, fiquei com água na boca.
ResponderEliminarPues el extra de la capa de chocolate y nata ha sido todo un detalle! Es lo bueno de esta receta que además de rica va con recuerdos y aun así no es ni de lejos el postre más pesado comparado con muchos otros!!!
ResponderEliminarPues nada, te toca elegir la próxima receta !!!
Besos,
Palmira
Yo también pienso en mi madre cuando veo un brazo de gitano porque los hace de escándalo. Desde luego que tiene una pintaza increible y ya el toque de chocolate es para derretirse de gusto.
ResponderEliminarBss
Elena
Una delicia de brazo gitano,esponjoso y tiene una pinta maravillosa.
ResponderEliminarCon tu permiso me llevo un trozo para la cena¡¡¡
Besitos¡¡
Se intuye la textura de ese bizcocho, maravilla es la palabra!
ResponderEliminarLos brazos de gitano son mi asignatura pendiente desde el comienzo de los tiempos. Soy incapaz de enrollar el bizcocho sin romperlo... jo, que envidia!
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