Me resulta complicado resumir lo vivido, aprendido, disfrutado, comido... en este viaje a Huelva por cortesía de la campaña de fresas de Europa.
Nuestro desayuno |
Imposible
tener mejores compañeros de viaje a pesar de mis dudas al enterarme que todos
ellos, eran periodistas, sí “periodistas” esa especie que se dedica a escribir lo
bueno, lo malo, lo regular y yo, pobre de mí, escribo en un blog… ¡glup! Escritura
de andar por casa total, vaya, que lo mío es la prosa de los gramos, los kilos,
las harinas, las empanadas…
Ha sido
un placer conocer a Begoña, Gema, Jeny, Luis y
Antonio.
Tampoco
vivo de esto, ni de lejos, aunque más de un premio ha engordado mi ego alguna
vez que otra, aunque igual si que afecta y la que engorda soy yo y no mi ego…
Las chicas de oro y yo ;) |
Finca Masiá Fiscar |
Con nosotros
viajó Alma Obregón, aunque no terminó el viaje con nosotros, es lo que conlleva
tener un bebé en casa, motivo más que suficiente para acortar su viaje, pero
las horas que pasamos en su compañía fueron suficientes para seguir creyendo
que es una profesional como la copa de un pino, además de ser un encanto y tener una paciencia infinita.
La jornada
del primer día fue intensa. Llegada a Sevilla, allí nos recoge un autobús que nos lleva a Lepe a conocer la Finca Masiá Ciscar.
Empiezo a descubrir el mundo de la fresa y me doy cuenta de mi incultura
freseril, tremendo descubrir la
ignorancia de los consumidores, entre los que yo mima me encuentro.
Me
entero, entre otras cosas, que el fresón de Huelva procede de California y claro,
hay que pagar, y vaya si se paga. Por eso hay viveros que se dedican a
elaborar variedades propias para depender menos de las variedades foráneas.
¡Ah! Y cuando se unen dos plantas de características similares, a esa unión se
les llama individuos. De esto y de muchas más cosas me enteré en nuestra visita
a Fresas Nuevos Materiales en El Rompido, de dónde han salido variedades como
las de la foto. Deliciosas, por cierto.
Nos faltaba visitar Grufesa en Moguer. Esta empresa, en la que
huele a fresa por todas partes, se
dedica a la distribución y exportación de las fresas. Nunca había visto tantas
fresas juntas… en cajas quiero decir. Aquí me enteré que las fresas deben
conservarse a 2º C de temperatura, que una vez salen de la planta su vida es de
aproximadamente 5 días, y que viajan a los países europeos en camiones a 0ºC. En fin,
esto es un mundo alucinante y tampoco pretendo que esta entrada sea un manual, nada más lejos de la realidad, ni lo
pretendo, ni sabría, ni absorbí tanta información.
Estábamos listos para llegar a El Rocío, aun siendo ya noche
cerrada me pareció preciosísimo.
Al día siguiente madrugamos para nuestra visita a Doñana, esa
maravilla de la naturaleza donde la belleza es grandeza en estado puro. Y ahora
sí que ya me he quedado sin palabras con las que expresar todo lo que se siente
paseando por esos bosques, esas marismas que sabían que teníamos que ir y las
lluvias las llenaron de agua. José Manuel, nuestro conductor y guía por el
Parque Nacional y también Parque Natural, nos contó la suerte que habíamos
tenido al ver las marismas llenas de agua, que hacía años que las lluvias no habían sido generosas con el Parque. Hay que
ver lo que sabía este chico, que enorme satisfacción contar con alguien que se
conoce todos y cada uno de los rincones de Doñana, hasta las historias de los
más viejos del lugar, daba gusto escucharle.
Terminada la visita volvimos a El Rocio, teníamos tiempo
suficiente, hasta que llegara el autobús que nos llevaría de vuelta a Sevilla,
a visitar la Ermita y dar un paseo por el pueblo. Lástima, me supo a poco.
Por supuesto que hemos comido y cenado en este viaje, ya lo
creo, y cómo hemos comido.
En la comida nos acompañó José Luis García Palacios, presidente de
Interfresa, Asociación Interprofesional de la fresa, en el Restaurante La Patera en El
Rompido.
Comimos pa’reventar, desde unas rodajas de zanahoria aliñas
deliciosas, un jamón de Huelva y unas gambas que pa’qué, ensalada de fresas,
no sé cuántas cosas más, para terminar con una corvina salvaje im-presionante,
como sería que de una rodaja comimos tres, del postre ya ni hablamos… pero…
había otra cosa, de esos platos que no tienes ni idea de que y que te dicen:
esto cuesta conseguirlo pero queríamos que probarais… no preguntamos, comimos y
que queréis que os diga, aquello estaba brutal, casi prefería no saber que era
pero claro, tenían que decirlo, huevos de choco… ¡No importaba! Lo único preocupante
es que nos zampamos todos y no pudimos repetir.
Me dejo cosas que contar seguro, mucho que contar pero no quiero
que esto se alargue más de lo que ya me parece se ha alargado.
Dos días divinos. Un millón de gracias a Mª Jesús (de roatáncomunicación) por ser tan genial y tan buena compañera de viaje. Gracias a
Maribel, a José (con tilde en la é) por ser tan divertido y a Abel y sus fotos,
un placer enorme conoceros a los tres y espero volver a veros prontito (los
tres de B-ideas).
Ya me gustaría repetir este viaje… ¡Volveré!
Lo que has debido aprender en este estupendo viaje. Mucha envidia me das...jajajaj
ResponderEliminarBss