Una salsa con coco

En mi trabajo, con la excusa de unas cajas que hay por allí en medio, hemos decidido que hasta que llegue Nochebuena cada día dos personas llevaremos algún alimento navideño y a eso de las 11 h de la mañana lo pondremos sobre las cajas y a disfrutar el momento.

A una servidora le tocó ayer con mi compañera, y en este caso, amiga Marta. Como era su cumpleaños la fiesta fue espléndida, ella llevó lo salado y yo puse el postre. Una panacota de turrón que estaba muy rica, para que fuera más fácil de comer hice cuadraditos y los fui poniendo en moldecitos de papel como si fueran tocinillos de cielo, al verlos un compañero preguntó... ¿tú en casa te aburres?, a lo que respondí “lo único que no hago en casa es aburrirme”... ni me apetece, ni tengo tiempo, ni quiero, ni siquiera entiendo que alguien pueda aburrirse fuera de su trabajo.

Bueno todo este rollo es para contaros que la receta de esta salsa demuestra que no me aburro nada de nada, ni siquiera un poquito, al contrario me lío yo solita al preguntarme ¿Qué puedo hacer con tres carabineros y que además cundan? Pues unas brochetitas que harán su servicio como entrada o como aperitivo en cualquier comida.

Hubiera bastado con servirlas tal cual, pero no, tenía que liarme a sacar verduras del frigo y algo más exótico pero a la vez bastante corriente, coco rallado y leche de coco.

Así que empecemos por nombrar a:

Los ingredientes:

- 3 tomates
- 2 cebolletas
- 2 pimientos verdes
- 2 zanahorias
- eneldo
- 1 cayena
- 1 diente de ajo
- 1 ó 2 cucharadas de coco rallado
- sal y pizca de azúcar
- aceite
- 1 bote de leche de coco (NO zumo)
- 3 carabinero
- unas ciruelas prunas

Lo primero que hice fue pelar los carabineros, y reservarlos. Puse un poco de aceite en una cazuela pequeña, añadí las pieles y las 3 cabezas que después aplasté, cubrí con agua y deje cocer un rato.

Trituré todo y lo pasé por el colador más fino que tengo para obtener el caldo.

Preparé con la verduras un sofrito, cuando estaba a medio hacer añadí el coco rallado. Después puse la leche de coco y el caldo de los carabineros y deje cocer a fuego lento unos 30’, es el momento de rectificar de sal si es necesario .

Trituro con la turmix, y la paso por colador para que quede una salsa finísima, evitando que quede ningun resto de pieles o pellejos.

He troceado cada carabinero en cuatro, y he preparado 6 brochetitas con 2 dos trozos de ciruela cada una, he utilizado brochetas pequeñas de bambú para que quedaran más bonitas.

Las he metido unos minutos al horno, las he rociado antes con una mezcla de aceite, miel, el zumo de una lima y un poco de sal sobre cada una.

Cubro el fondo del plato con un poco de salsa y encima coloco las brochetas. Quedó bonito y lo más importante, muy rico.

Con la salsa que sobra, se pueden preparar unas albóndigas de pescado, o simplemente congelarla y utilizarla cuando nos haga falta.

Empanadillas de bacalao

Bacalao, pescado aplicado donde los haya, se sabe todas las lecciones que le pidas, pil pil, dourado, vizcaína, con pimientos, a la gallega, soldaditos de pavía,... etc., creo que es, con diferencia, uno de los pescados que más me gustan.

Os invito a preparar estas empanadillas exquisitas, lo más complicado, la masa, que además es facilísima.

También se puede sustituir esta masa por la que venden en cualquier super, pero como que no es lo mismo. Os recomiendo dedicar, digamos... 15’ como mucho, a preparar esta, como siempre la conservo de Mami, que hacía unas empanadillas de bonito en escabeche que estaban para chuparse los dedos de las dos manos, y que ella siempre compraba al peso, yo también cuando relleno mejillones pero eso es otra historia.

Las que sobren, si sobran, se pueden congelar, mejor sin cocinar y así estarán como recién hechas.

Para la masa:

- 250 ml de aceite
- 250 ml de agua
- sal
- harina la que admita

¡Importante! Siempre la misma cantidad de agua que de aceite.

Pongo el agua con el aceite y la sal en un recipiente de acero, cuando está caliente, no hirviendo, retiro del fuego y añado la harina, pongo otra vez al fuego y remuevo deprisa hasta que esté bien ligado. Paso esta mezcla a la tabla, y termino el amasado añadiendo más harina, si es necesario. Tiene que tener la consistencia necesaria para estirarla con rodillo y que no se pegue.

La conservo envuelta en un paño limpio y algo húmedo, mientras voy preparando...

el relleno:

- 3 puerros
- 1 cucharada de mantequillas y un chorrito de aceite.
- Nuez moscada
- Pimienta blanca
- Sal (poca)
- 1 cucharada de harina.
- 2 buenas tajadas de lomo de bacalao desalado y sin espinas.

Cuando el puerro está a medio pochar añado la harina y dejo que se cueza unos minutos con las especias y la sal.

Añado el bacalao picado y mezclo bien, no hace falta que cueza demasiado ya que terminará de hacerse en el horno o en la sartén, rectifico de sal si es necesario. Paso esta mezcla a un plato y dejo que se enfríe un poco.

Empieza lo divertido, el montaje:

Estiro una porción de masa con el rodillo, corto círculos y voy poniendo una cucharita de relleno, encima una tirilla de pimiento rojo asado en recuerdo a los soldados del general Pavía.

Pinto con agua o huevo los bordes y cubro con su tapa, presionando bien, primero con los dedos y después termino de sellarlos con el mango de una cucharilla.

Si las hago al horno, las pinto primero con huevo batido y las cuezo a 200º , el tiempo como siempre dependerá del horno, pero teniendo en cuenta que la masa es fina no tardará demasiado.

Si son fritas debe estar el aceite bien caliente, retirar y dejar que escurran un poco el exceso de grasa sobre papel de cocina. A mi me gustan más al horno.

Como me ha sobrado relleno y aquí no se tira nada, le he añadido un huevo, he mezclado bien y los he ido friendo como si fueran buñuelos (no ha quedado ni uno para la cena).

He preparado una ensalada y unas patatas fritas con pimiento verde para que cada uno las acompañara a su gusto.

Esto es todo por hoy, buen provecho.

Frijoles negros a lo Valdés Faulí

Más bien debería llamarlos a lo “Luis de Posada” (q.e.p.d.), todo un personaje fue este exiliado cubano que primero estuvo en Miami y desde allí llegó a nuestro país.

Periodista de elite en su tierra hasta que llego Castro, de la invasión, decía el. Después de pasar varios años en la cárcel, con una herida de bala y... gracias a sus influencias, llego a España, a mi empresa.

Era mayor, bueno, le conocí cuando yo tenía 18 años y por aquel entonces todo lo que sobrepasaba los 50 años, para mi lo era.

Si no tocabas temas políticos era un personaje entrañable, inteligente, culto, educado y de trato exquisito, al no tener hijos, disfrutaba compartiendo todo lo que sabía con la gente joven, vamos, que se hacía querer.

Le encantaba cocinar, y Delia, su esposa, hacía la mejor mus de chocolate que he comido en mi vida. Su daiquiri ¡Dios! Aún lo recuerdo, y su frijoles que rebuenos.

Guardo con cariño el papel dónde me escribió con su máquina de periodista, que no se como pudo sacar de Cuba, la receta que tengo pegada en uno de mis cuadernos para que no se pierda.

Sus ingredientes:

- 2 k de frijoles negros (1/2 k)
- ½ k de pimientos verdes (1 pimiento)
- ½ k de cebollas (1 cebolla)
- 2 laticas de pimientos morrones (3 unidades)
- 2 tazas de aceite de oliva (un vasito de los de vino)
- 1/3 taza de vinagre (una tacita de café)
- 6 cucharaditas de sal (la necesaria)
- 1 cucharadita de orégano (al gusto)
- pimienta blanca (una pizca) laurel (una hoja)

Estas son las cantidades escritas, yo nunca he preparado los 2 k, y además he ido adaptando un poco las cantidades a mi gusto, así que he puesto mis medidas entre paréntesis.

Lo primero es lavar bien los frijoles, deben estar muy limpios ya que hay que cocerlos en el agua del remojo que será de 12 horas como mínimo y con el pimiento verde ya limpio dentro de ese agua ¿Por qué? No lo sé, no se lo pregunté nunca pero como no cuesta nada, lo pongo.

Se ponen a cocinar a fuego lento, moviendo la cazuela de vez en cuando para que no se peguen, deben cocer más o menos una hora antes de añadir el resto de los ingredientes.

Mientras voy preparando el sofrito, primero pongo la cebolla hasta que esté transparente, añado el pimiento verde, el del remojo, también muy picadito y dejo unos minutos, añado los pimientos morrones troceados y retiro del fuego.

Pongo la mitad del aceite, la pimienta, el orégano y el laurel, lo añado a la cazuela de los frijoles para que siga cociendo a fuego lentísimo y sin tapar para que vayan espesando. Dependiendo de la calidad de los frijoles necesitará más o menos tiempo de cocción, pero estos han cocido aproximadamente 3 horas y media, durante las cuales he terminado de añadir el resto del aceite, el vinagre y la sal.

Lo ideal es que “duerman” una noche en el frigorífico.

Se acompañan con arroz blanco, pero como es domingo he preparado un risotto de setas, trigueros y unos trocitos de pimiento morrón.

No es por nada, pero han quedado deliciosos, os animo a prepararlos.

Bacallada

Este plato se lo dedico con todo mi corazón a mis dos hermanos, Tere y Moncho.

Y ha sido Tere la que ha tenido que recordarme este plato que hacía Mami y que le encantaba a mi padre.

No dudé ni un momento que tenía que hacerlo, porque aunque no estaba en mi memoria, si estará desde ahora su sabor.

A Moncho, cuando era pequeño le preguntaban ¿Monchiño qué vas comer hoxe? Y el contestaba “bacallada” ... y así he decidido llamar este plato.

La mezcla de sus sencillos ingrediente proporciona un sabor increíble al paladar.

Con estas cantidades hemos comido 3 personas, sobró algo, pero no creo que diera para otra ración. También es cierto que ha sido plato único y servidora se ha puesto morada.

Primero y fundamental:

- Bacalao (desalado) 2 trozos por persona

Segunda parte:

- 2 ó 3 patatas
- 1 cebolla hermosa
- 2 ó 3 tomates
- 4 pimientos morrones
- aceite
- pimentón dulce (y / o picante, al gusto)
- 2 hojas de laurel
- Sal

Las patatas, peladas y cortadas en rodajas como de 1 cm., la cebolla en juliana muy fina, el tomate pelado y en rodajas, los pimientos en tirillas.

En una cazuela amplia cubro el fondo con las patatas, encima la cebolla, ahora el tomate, el pimiento morrón y el rey de la fiesta, el bacalao. He ido salando un poco cada capa.

Pongo pimentón dulce, aunque se puede añadir un poco de picante. El laurel y un buen chorro de aceite de oliva. Lo tapo y al fuego.

Dejo que cueza muy lento hasta que las patatas estén tiernas, y esto es todo.

Para acompañarlo he frito unas rodajitas de pan, y a la hora de servirlo he añadido por encima un chorrito de aceite de perejil que le ha dado un punto muy agradable.

Habas baby en crema

Nunca había utilizado habas para hacer una crema ¿Por qué esta vez sí? Despiste obliga. Es tan sencillo como tener 2 bolsas de habitas congeladas, sacarlas del congelador para guardar otra cosa y... a las dos horas darte cuenta que se han quedado encima del microondas.

¿Y ahora qué? ¿Una crema calentita? Empiezan a apetecer, no es por excesivo frío, pero se agradece la comida caliente, y me encantan los platos de cuchara.

Los sencillos ingrediente:

- 400 g de habas baby congeladas
- 1 cebolleta
- 1 patata
- 1 puerro
- ½ brick de nata líquida (100 ml)
- hierbabuena y chincholiva

Después de trocear, no demasiado, los ingredientes, pongo aceite en una cazuela y rehogo bien la cebolleta, añado el puerro y la patata y dejo un par de minutos más.

Echo la habas y cubro con caldo que tenía congelado, o agua, dejo que cueza a fuego lento.

A media cocción añado la nata y compruebo el punto de sal. Paso por la turmix y por un colador para que quede finísima.

Pongo una pequeña guarnición de jamón frito en el centro y una tiras de pan frito, un hilillo de aceite y listo para comer.

Disfruto con estos platos tan rápidos y sencillos, el resultado merece la pena. Debo decir que he comprado más habitas ya que pienso repetir.

Chocolate en Valdemanco

Teniendo en cuenta mis limitaciones con los dulces, me fui a un curso de chocolate a "El taller de las tradiciones"en Valdemanco, pueblo precioso de la sierra norte de Madrid.

Disfruté como una enana, o mejor dicho, disfrutamos, ya que tuve la suerte de estar acompañada por mi hija y mi sobrina.

Estoy deseando ir a comprar algún molde para hacer bombones o turrón, o cualquier cosa para empezar a practicar, y sobre todo a por “coberturas”.

Tenía razón milcolores al decir que Juan es un encanto, y lo afirmo. Es ameno, divertido, da gusto aprender con él, lo cierto es que se nos pasó el tiempo, y el día, volando.

Lo fantástico es que te enseña a utilizar el chocolate, o mejor dicho, los diferentes tipos de coberturas como si estuvieras en tu propia casa, sin colorantes ni conservantes, ni nada de nada rarito, lo que se dice, de andar por casa.

No dudéis que me encantará compartir con vosotros lo primero que haga con esa maravilla que es el chocolate.

Ahora a esperar que llegue el próximo curso, ”pan y pasta” , POR FIN HARÉ PAN, por cierto probamos uno que había hecho Juan con pimentón, delicioso.

Nos hizo un día precioso, un sol radiante, con un cielo tan azul que resultaba divino ¿será por eso que se dice de Madrid al cielo y con un agujerito para verlo? Seguro, no lo dudéis ni un momento.

Pepa’s cheesecake

Casi podría decir que colgar esta receta es una petición del “oyente”... y como en este caso la oyente está algo embarazada, pues aquí la tiene, no vaya a ser que Alberto nos salga con algún tipo de antojo. Mayte, espero que te salga estupenda y que le guste a tus amigos.

Todos tenemos nuestra tarta de queso. Unas llevan huevo, otras limón, otras canela, con más o menos leche, con galletas, etc.

Yo también tengo la mía, que haré otro día, porque la de hoy es la que hace mi amiga Pepa, que está estupenda, quiero decir la tarta (ella tampoco está mal), bueno a lo que iba, es muy fácil, cunde muchísimo, queda preciosa y de verdad que está buenísima.

Con estas cantidades sale una tarta bastante generosa, 12 raciones y cumpliditas.

Los ingredientes:

- 6 huevos
- 4 quesitos
- 300 g de queso de Burgos
- 500 ó 600 g de leche condensada

- 2 cucharadas de harina
- 2 yogures naturales

He puesto todos los ingredientes en un cuenco bastante amplio, los he mezclado y batido hasta dejar una crema lo más fina posible.

Vuelco la mezcla en un molde, lo meto al horno a 175°, el tiempo como siempre dependerá del horno. Pero tener cuidado que no se cueza demasiado, tiene que quedar jugoso.

Para cubrirla he utilizado mermelada de cerezas a la que he añadido dos hojas de gelatina.

He calentado un par de cucharadas de agua para disolver la gelatina, una vez disuelta la he añadido a la mermelada, después la he pasado por un pasapurés para que quedara finísima, y así quitar los restos de pellejos que pudiera tener.

Queda tan vistosa que no necesita más adornos, pero para acompañarla he preparado una galleta muy grande, con galletas tipo María y mantequilla, como si fuera la base que llevan muchas tartas de queso.

La estiro bien con el rodillo y la dejo que se endurezca en el frigo. Después la troceo en triángulos mojando uno de sus lados en chocolate.

Y esto es todo, así de fácil.