Que me llevo bien con los rebozados crujientes es un hecho. Que me encanta probar diferentes ingredientes para rebozar los fritos es evidente. Que hay algunos con los que no me canso de seguir insistiendo es una realidad.
Y... a las pruebas me remito ;)
La salsa:
- 50g de aceitunas negras
de Aragón
- ½ diente de ajo
- 8 anchoas
- 1 bote de tomate natural
entero pelado
- 1 cucharita de azúcar
- ¼ de guindilla fresca
roja
- 1 ramita de tomillo
- 1 ramita de romero
- 50ml de aceite de oliva
virgen extra
- 50g de alcaparras
En una sartén con aceite sofrío a fuego lento el ajo muy
picado. Incorporo las anchoas picadas, mezclo bien con el ajo y cuando están
casi deshechas añado el resto de los ingredientes: la guindilla, las aceitunas
y la mitad de las alcaparras. Remuevo bien y dejo que se rehogue todo junto
unos minutos.
Mientras, preparo el tomate retirando el líquido que lo
acompaña. Trituro un poco y lo incorporo a la sartén. Remuevo. Añado las
hierbas y la sal. Dejo cocer bien hasta que el tomate haya perdido
absolutamente toda su agua. Retiro el romero y el tomillo.
Paso brevemente por la túrmix. Ahora por un colador o chino
para retirar cualquier semilla o resto de romero o tomillo. Momento de añadir a
la salsa resultante las alcaparras restantes. Reservo.
La morcilla:
- 200g de morcilla de
arroz
- Una cucharada de aceite
- 1 huevo
- 200g de cortezas secas de trigo (que muelo)
En una sartén con el aceite, frío la morcilla desmenuzada
hasta que esté bien hecha y casi crujiente. Retiro del fuego y dejo enfriar.
Separo la clara de la yema de huevo. La yema la añado a la
morcilla frita y mezclo bien. Hago bolas como si fueran albóndigas, con un
tamaño suficiente para comer de un bocado.
Bato bien la clara. Paso las bolas de morcilla por la clara
batida y a continuación las rebozo con las cortezas de trigo que he triturado a
modo pan rallado.
Justo antes de servir la tostada, frío las bolas de morcilla
en aceite bien caliente durante unos segundos, el tiempo justo para que la
corteza se infle y quede un exterior bien crujiente que acompaña perfectamente
a la cremosidad que la yema le ha dado al relleno morcillero.
El plátano:
- 2 plátanos cortados en
diagonal
- 25g de mantequilla
Tan sencillo como derretir un poco la mantequilla, incorporar las rodajas de plátano y dejar que se hagan hasta que estén doradas por los dos lados.
Reservo.
Las tostas:
- 1 cucharada de aceite de
oliva para pintar la superficie
- Queso cremoso
Pinto cada tosta por los dos lados con un poco de aceite y
las tuesto por los dos lados. Nada más retirarlas del fuego extiendo una fina
capa de queso por toda la superficie. Reservo.
El montaje:
Sobre cada tostada pongo una cucharada de la salsa. En un
lateral de ella a lo largo, una fila de plátano frito. Y por último, 3 bolas de
morcilla sobre cada tosta.
Servir cuanto antes, aunque no importa si no está súper
caliente, resulta igualmente sabrosa.
Claro que, si se ha quedado muy fría, caliento el horno a
180 y cuando alcanza la temperatura lo apago y meto las tostas unos minutos, lo
justo para que se tiemplen.
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