Bombas de caza

Cuando preparé las bolas de caza, aquí podéis ver la elaboración, ya dije que salieron unas tropecientas. De esas tropecientas, la mitad esperaban en el congelador hasta saber qué hacer con ellas y lo supe, me imaginé como quedaría si las envolviera en una capa de bechamel, luego rebozadas y luego...

Ingredientes para estas bombas de caza:

• Bechamel enriquecida con queso
• Pan rallado
• Huevo batido
• Aceite para freír
• Salsa barbacoa o similar para acompañar

Paso 1.

Bien, preparé una bechamel* al más puro estilo tradicional a la que añadí al final una generosa cantidad de queso rallado.

Paso 2.

Por esa rica crema fui pasando una a una cada albóndiga estando aún congeladas, eso me facilitaba bastante esta labor. Dejé que enfriaran sobre una bandeja pintada con aceite, esto me haría más fácil despegar la bechamel de la bandeja.

Paso 3.

Después de unas horas en el frigorífico y con todas las “bolas” perfectamente vestidas de novia, las fui pasando primero por pan rallado,  el justo para ayudarme a darles forma bien redonda. Después baño de huevo batido con una pizca de sal y otra vez al pan rallado. Bien cubiertas y apretando bien pero no tanto como para que dejaran de ser redondas.

Listas todas ellas para pasar por casi la última fase.

Paso 4.

La primera, por supuesto, su fritura. Abundante aceite bien caliente, mejor un recipiente profundo, donde queden totalmente cubiertas por el aceite. Cuando están perfectamente doradas las retiro y las dejo sobre papel de cocina.

Paso 5.

Y lo último. Unas patatas fritas y un poco de salsa brava, casi más para hacer bonito que para dar sabor,  por si mismas son ricas de verdad, no necesitan ayudas.

Esta es una de esas comidas que te ponen en el plato, no preguntas y alucinas con su sabor, pero ¡Ay amigo! si lo hace antes... ¡Ni te imaginas lo que te puedes perder! 

Mejor comer, saborear y sin duda, disfrutar.

La bechamel*

En un cazo puse a calentar la leche y en otro recipiente la mantequilla, cuando está derretida incorporé la harina y dejé cocer un par de minutos a fuego suave y sin dejar de remover para que no se queme. Añadí la mitad de la  leche caliente removiendo rápido para que no se formen grumos. Cuando toda la leche estuvo incorporada, dejé cocer unos minutos más, junto con la sal, la  pimienta y la nuez moscada y al fina una generosa cantidad de queso rallado, en este caso cheddar Kerrygold, delicioso.

Algunas preparaciones más con bechamel AQUÍ.
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